2015-10-01 13:00:00

Diálogo entre países para acoger a los migrantes, el Papa en el vuelo de regreso desde Filadelfia


(RV).- La plaga de los abusos sexuales, la emergencia migratoria en Europa, el próximo sínodo sobre la familia, la objeción de conciencia: el Papa Francisco respondió sin límites a los periodistas en el vuelo de retorno desde Filadelfia hacia Roma. En la tradicional conferencia de prensa en el vuelo papal, durada 50 minutos, el Papa habló también de la paz en Colombia, de su deseo de visitar China, del papel de las mujeres en la Iglesia. Antes de volver al Vaticano, Francisco fue, como de costumbre, a agradecer a la Virgen a la Basílica de Santa María la Mayor.

“Me sorprendió el calor de la gente”. El Papa comienza así en la conferencia de prensa refiriéndose a la acogida en los Estados Unidos.

“Me han sorprendido, dijo, el calor de la gente, tan amable, una cosa bella y también diferente. En Washington un recibimiento caluroso pero un poco más formal, en Nueva York un poco extralimitado, y en Filadelfia, muy expresivo. Tres modalidades diversas, pero la misma acogida. Me ha sorprendido mucho la bondad de la acogida, en las ceremonias religiosas y también por la piedad, la religiosidad. Se veía a la gente rezar y esto me impresionó mucho, mucho. Es bello”.

Los abusos son un sacrilegio, no encubrirlos nunca más

Francisco respondió a una pregunta sobre los abusos sexuales perpetrados por parte de miembros de clero. El Pontífice puso el acento en la gran tribulación que ha golpeado al episcopado americano al cual se dirigió en Washington.  Tantos de ellos, comentó, han sufrido por esta cosa feísima, hombres de Iglesia, de oración, verdaderos pastores. El Obispo de Roma reitera entonces con palabras inequivocables cuánto son graves estos abusos, que define un ‘sacrilegio’. “Cuando un sacerdote comete un abuso,  - advierte - es gravísimo, porque la vocación del sacerdote es hacer crecer a aquel niño hacia el amor de Dios, hacia la madurez afectiva, hacia el bien y en vez de hacer esto lo aplasta”:

“Y por esto es un sacrilegio. Y él ha traicionado la vocación, la llamada del Señor. Por esto la Iglesia en este momento es fuerte en esto: no se debe encubrir, ¡son también culpables quienes ha encubierto estas cosas! ¡También algunos obispos que han encubierto esto! Es una cosa feísima. Y las palabras de conforto no son para decir: ¡está tranquilo, no es nada! ¡no, no, no! Ha sido feo y me imagino que ustedes han llorado tanto: en aquel sentido fueron las palabras. Y hoy he hablado duramente”.

Respondiendo a la pregunta sobre el perdón a “los sacerdotes que han cometido abusos sexuales a menores y no han pedido perdón a las víctimas”, el Papa contestó que si una persona ha hecho mal, es consciente de lo que ha hecho y no pide perdón, él mismo le pedirá a Dios para que lo tenga en cuenta. “Yo lo perdono, pero él no recibe el perdón, está cerrado al perdón. Una cosa es dar el perdón, todos estamos obligados a perdonar porque todos fuimos perdonados, pero otra cosa es recibir el perdón. Y si ese sacerdote está cerrado al perdón no lo recibe porque él cerró la puerta con la llave desde adentro y lo que queda es rezar para que el Señor le abra esa puerta. Se necesita estar dispuesto, pero no todos lo pueden recibir, lo saben recibir o no están dispuestos a recibirlo. Es duro lo que estoy diciendo. Y así se explica que haya gente que termine su vida dura, mal, sin recibir la caricia de Dios”.

Comprende a quien no logra perdonar los abusos

Continuando con el mismo tema y respondiendo a la segunda parte de la pregunta sobre si entendía a las víctimas y sus familias que no han conseguido perdonar o no quieren perdonar, el Papa dijo que los comprendía, que reza por ellos y que no los juzga. “Rezo y le pido a Dios porque Dios es un campeón en buscar caminos de solución. Pido que lo arregle”.

Qué queda en el corazón del Papa después de un viaje

Francisco dirige así su pensamiento a los acuerdos de paz en Colombia, favorecidos precisamente por la acción del Papa y de la Santa Sede. “Me he quedado contentísimo”, es su comentario, “y me sentí parte en el sentido que yo siempre he querido esto, y hablé dos veces con el presidente Santos del problema”. La Santa Sede “es tan abierta a ayudar como puede”. Luego el Pontífice confiesa que lleva en su corazón al final de un viaje apostólico:

“Cuando el avión parte después de una visita, me retornan las miradas de tanta gente y me viene ganas de hacer algo, para hacer el bien. Quizás he hecho mal: perdóname. Pero custodia a toda aquella gente que me ha mirado, que ha pensado en las cosas que yo dije, que ha escuchado, también aquellas que me han criticado, todos. Siento esto”.

Los muros antes o después caen, acoger a los migrantes

Sobre la actual crisis migratoria que vive Europa y sobre el hecho de que en diferentes países se estén construyendo nuevas barreras para no dejar pasar a los que huyen del horror de su país,  el Santo Padre reconoció la grave situación que se está viviendo y aseguró que los muros no son una solución, todos los muros caen. “En este momento Europa está en dificultades es verdad. Debemos ser inteligentes porque viene toda aquella ola migratoria y no es fácil encontrar soluciones. Pero con el diálogo entre países deben encontrarlas. Los muros nunca son la solución. En cambio, los puentes sí. Siempre”.

No existe un divorcio católico, el matrimonio es indisoluble

El Pontífice habla ampliamente de la familia, en vista del próximo Sínodo, y en particular de la reforma sobre la nulidad matrimonial. “Los que piensan al divorcio católico – subraya Francisco – se equivocan porque este último documento ha cerrado la puerta al divorcio que podía entrar – era más fácil – por vía administrativa. Siempre existirá una vía judicial”. “Los procesos – agrega – ‘cambian’, la jurisprudencia cambia para mejorar, se mejora siempre”. “Los padres sinodales – afirma – han pedido esto: la simplificación de los procesos de nulidad matrimonial”.

Refiriéndose al Motu Proprio sobre los procesos de tramitación de las nulidades matrimoniales, el Papa Francisco aseguró que “este documento, este Motu Proprio, facilita los procesos en los tiempos, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento, y esto la Iglesia no lo puede cambiar, es doctrina, es un sacramento indisoluble”.

La objeción de conciencia “es un derecho humano que debe ser respetado”.

Francisco responde sobre la objeción de conciencia con respecto a aquellos funcionarios estatales que, en los Estados Unidos, se han negado a firmar certificados de “matrimonios homosexuales”. “La objeción de conciencia es un derecho”, fue su respuesta, “y si una persona no permite que se ejercite la objeción de conciencia, niega un derecho”. “Es un derecho humano. Si el funcionario del gobierno es una persona, tiene aquel derecho. Es un derecho humano”.

El Vicario de Cristo habla después de las guerras, y pide que se eviten los “bombardeos” que traen “muerte, sangre”.

El deseo del Papa de visitar China

"Yo amo al pueblo chino, los quiero. Y deseo que existan las posibilidades de tener buenas relaciones. Tenemos contactos, hablamos. Seguir adelante. Pero para mí tener un país amigo como China que tiene tanta cultura y tantas posibilidades de hacer el bien, sería una alegría".

Gracias a las religiosas estadounidenses. No al sacerdocio femenino.

El Papa se detiene entonces en el papel de las mujeres en la Iglesia y, en particular, sobre cuánto las religiosas son amadas en los Estados Unidos:

“Son buenas, son buenas mujeres, buenas, buenas. Cada una sigue su Congregación, sus reglas, hay diferencias, pero son buenas y por esto sentí la obligación de agradecer por lo que ellas han hecho”.

A propósito del éxito de esta visita, el Pontífice vuelve a definir el poder como “servicio”. “Yo – revela – me siento siempre débil, en el sentido que no tengo el poder, el poder es también una cosa pasajera: hoy está, mañana no está. Es importante si tú con el poder puedes hacer el bien”. Sobre el sacerdocio femenino reitera que no puede ser, como ya había afirmado San Juan Pablo II. Sin embargo – agrega – en la Iglesia “son más importantes las mujeres que los hombres” y sirve una “teología de la mujer” sobre la cual tenemos que ir adelante.

No soy una estrella, soy el Siervo de los Siervos de Dios

Finalmente el Papa responde acerca de su gran popularidad y sobre el hecho de que haya personas que le califican como “una estrella”, a lo que contestó que los Papas deben ser “Siervos de los siervos de Dios”, y que muchas veces las estrellas, después de verlas, se apagan y se caen, “en cambio el Siervo de los siervos de Dios es bueno, y eso no pasa”. 

(MCM, MZ - RV)








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