En el día de la Santa Cruz, pidamos por los "hermanos crucificados" de nuestro pueblo

REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz.

(RV).- “Cuando sea levantado en alto atraeré a todos hacia mí”, dijo Jesús que nos quiere tanto. Y muchos miran hoy la cruz donde fue levantado en alto y ven en la cruz de Jesús, todo el amor de Dios; el amor perdonador de Dios, el amor que nos junta. Son tantos los que hoy se juntan, se unen, se reúnen: peregrinos de tantas cruces milagrosas en el mundo nos hablan del amor de Jesús.

Así como a mí por ejemplo, mi abuelo me llevaba desde chico al Cristo de Renca  el día de la Santa Cruz, son muchos los que hoy peregrinan para rezar a la cruz de Cristo, mirando este amor de Dios. Ojalá pidamos por tantos que hoy están padeciendo, que son verdaderos crucificados; que tienen su cruz en la cruz de su vida. No solamente del trabajo, de las dificultades que podemos tener cada uno, sino también de la persecución, por ejemplo; tantos que son prófugos de la guerra, del hambre, de la muerte, tratando de buscar de una vida mejor y se convierten en prófugos, delincuentes, porque no tienen documentos en tantos países de Europa. Pedir por ellos, por aquellos que están sufriendo la cruz porque son cristianos, son perseguidos, son robados. Sus esposas y sus hijas son violadas, secuestradas. Pierden todo, les exigen que salgan del país y hasta los asesinan, los matan. Pensemos en tantos cristos crucificados de nuestro pueblo  y que esto nos conmueva, nos ayude a ser más perdonadores, a estar más cerca de la gente, a ver cómo podemos trabajar juntos, cómo podemos resolver juntos las cosas, especialmente si somos cristianos, como comunidad de cristianos.

Desde Santo Domingo para Radio Vaticana, jesuita Guillermo Ortiz.