2015-08-22 10:23:00

Nota Eclesial: La familia educa al trabajo


(RV).- El valor del trabajo se aprende en el hogar, que luego se refleja en la sociedad para construir un mundo más justo y humano, sin descartar a nadie. Estas reflexiones del Papa Francisco siguen siendo de interés para la familia, con el llamado importante a garantizar el trabajo que sostienen sus derechos y les dignifica.

“La familia educa al trabajo con el ejemplo de los padres”, dijo el Papa Francisco (Catequesis del 19 Agosto de 2015). Es allí en la Iglesia domestica donde se inicia la actividad en equipo, la integración en la realización de metas comunes que beneficien a todos. ¡Que valiosa responsabilidad tienen los padres de familia!

Esta catequesis hace refrescar las reiteradas menciones del Papa Francisco de las “tres T: tierra, techo y trabajo”, en el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, en Bolivia (09 julio del 2015). Precisamente estos derechos que fortalecen la dignidad de la familia, les permite ser verdaderos coherederos y custodios de la casa común.

En cuanto al Trabajo, en esa oportunidad el Papa Francisco mencionó la importancia de “la proximidad” que también ayuda  a las familias a ser sembradores de cambio de la mentalidad egoísta que niega las posibilidades de “las tres T”. 

Expresó el Papa Francisco en ese discurso: “ese reconocerse en el rostro del otro, esa proximidad del día a día, con sus miserias, porque las hay, las tenemos, y sus heroísmos cotidianos, es lo que permite ejercer el mandato del amor, no a partir de ideas o conceptos sino a partir del encuentro genuino entre personas. Necesitamos instaurar esta cultura del encuentro, porque ni los conceptos ni las ideas se aman. Nadie ama un concepto, nadie ama una idea; se aman las personas” (n° 2).

De esta manera la familia educa al trabajo, aprendiendo principalmente la importancia de la dignidad de la persona humana, el respeto y la necesidad de proximidad que esto comporta. Luego a nivel comunitario debe contribuir a que el también el trabajo dignifique y no excluya a nadie, en la cual los gobiernos deben asumir una gran responsabilidad.

Un testimonio especial lo encontramos en la Sagrada Familia, la proximidad entre ellos no solo educa y dignifica sus tareas humanas, sino que atentos a cumplir la voluntad de Dios experimentaron el amor de Jesucristo, también próximo, en medio de la familia.  

(P. Johan Pacheco, RV)








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