2015-06-10 11:41:00

La familia y la prueba de la enfermedad. Catequesis del Papa


(RV).- En el miércoles de la X semana del tiempo ordinario, y tal como anunciara en la catequesis precedente, el Papa Francisco continuó considerando las condiciones de vulnerabilidad que ponen a prueba a las familias. En esta ocasión, el Santo Padre reflexionó sobre la enfermedad, experiencia de fragilidad humana que se vive principalmente en familia, desde pequeños, y más tarde, con la llegada de la ancianidad.

Ese “más” de sufrimiento y angustia

Por el mismo vínculo familiar la enfermedad de las personas que amamos se vive con un “más” de sufrimiento y angustia, comenzó diciendo el Papa, y es precisamente el amor, el que nos hace sentir ese “más”. “Muchas veces para un padre y una madre es más difícil soportar el mal de un hijo, de una hija, que el proprio”, señaló.

«Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis de hoy, sobre los temas de la familia, tratamos el de la enfermedad, que es una experiencia común en la vida de las familias. En muchas partes del mundo, dónde el hospital es todavía un privilegio para unos pocos, la familia se considera desde siempre como el «hospital» más cercano, donde gracias a sus cuidados amorosos, se garantiza al enfermo la atención y la ayuda necesarias».

Prioridad en el cuidado del enfermo y oración

Deteniéndose en el Evangelio de san Marcos que relata los encuentros de Jesucristo con los enfermos, quien “jamás miró hacia otro lado” ni puso “el tiempo entre medio”, es más, el cuidado del enfermo venía primero que la ley, (cfr Mc 3,1-6) y pensando asimismo en las grandes ciudades contemporáneas, el pontífice se preguntó: “¿en dónde están las puertas (cfr 1, 32) ante las cuales llevar a los enfermos esperando que sean sanados?”

«Los Evangelios nos narran muchos encuentros de Jesús con enfermos y su voluntad de sanarlos. Cristo lucha contra la enfermedad y cura al hombre de todos sus males. Ésta es también la misión que ha dado a su Iglesia: hacerse cargo de los enfermos, hasta sus últimas consecuencias, siguiendo su ejemplo. Por eso, la preocupación, la asistencia y la oración por los enfermos forman parte fundamental de la vida de la Iglesia y de todo cristiano».

Así, en la Iglesia, la oración por los enfermos jamás debe faltar: “debemos rezar aún más – advirtió – sea personalmente que en comunidad”.

La educación a la sensibilidad y a la solidaridad

«En la familia es importante educar a los hijos desde pequeños para que sean sensibles y solidarios ante la enfermedad».

También porque el tiempo de la enfermedad refuerza los lazos familiares, la educación a la sensibilidad y a la solidaridad es importante, porque una educación que tiene “al amparo” de la sensibilidad por la enfermedad humana, aridece el corazón, haciendo así que los chicos se encuentren como “anestesiados” ante el sufrimiento del prójimo, lo que conlleva a la incapacidad de “confrontarse con el sufrimiento” y de vivir la experiencia del límite.

No sólo oración

«Asimismo, la comunidad cristiana tiene que acompañar a las familias para que vivan la enfermedad desde una perspectiva de fe, de oración y de cercanía afectuosa».

La comunidad cristiana sabe bien que la familia en la prueba de la enfermedad “no debe ser dejada sola”, señaló el Pontífice, y afirmó también que “esta cercanía cristiana es un verdadero tesoro de sabiduría para la parroquia”, que “ayuda a las familias en los momentos difíciles y hace comprender el Reino de Dios mejor que muchos discursos”.  

«Pidamos al Señor  - concluyó el Sucesor de Pedro  - para que con su gracia la enfermedad sea una ocasión de fortalecimiento de los vínculos familiares; y que las familias puedan vivir los momentos difíciles del dolor y del sufrimiento sostenidas por la cercanía y oración de la comunidad cristiana. Muchas gracias».

(Griselda Mutual - Radio Vaticana)








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