2015-06-08 12:04:00

Los jóvenes de Bosnia y Herzegovina que no se dejan robar la esperanza


Información y actualidad

(RV).- Hemos visto que la realidad de los jóvenes de Bosnia y Herzegovina es muy diferente a la de nuestras ciudades y pueblos. Sin embargo, a nivel global, tienen un común denominador, tal como lo indicó el Papa en diversas ocasiones en que pidió que “no se dejen robar la esperanza”.

Varias veces, a decir verdad, Francisco pidió que “no se dejen robar la esperanza”, y no sólo a los jóvenes. Refiriéndose a esa esperanza que nos da Jesús, para poner de relieve que las personas que reciben al Maestro en su corazón entienden que él es el Salvador, que camina con cada uno a lo largo de la historia, también personal.

Está claro que en esta nación, que acaba de recibir la visita del Obispo de Roma, en su capital Sarajevo – ciudad símbolo del conflicto de los Balcanes – sus ciudadanos cargan con el peso de numerosas heridas aún abiertas, las que, por una parte, se remontan a los cien años de la Gran Guerra, pero también la de los últimos dos decenios – con sus consecuencias de crisis económica debido a las pocas fuentes de trabajo – además de la inestabilidad de las familias y la laceración afectiva y social que ciertamente no se vive sólo en este país, pero que forma parte de la cruz que debe afrontar, tal como el mismo Papa lo recordaba a los Obispos de la Conferencia Episcopal de Bosnia y Herzegovina, a quienes recibió en la Ciudad del Vaticano el pasado mes de marzo.

Por esta razón el Papa Francisco, el primero en no perder la esperanza, espera haber contribuido a la “consolidación de la fraternidad y de la paz, del diálogo interreligioso y de la amistad”, tal como él mismo lo dijo a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro a la hora del primer ángelus de febrero en que anunciaba este viaje ya hecho realidad con el que se ha escrito una nueva página de la historia.

Les proponemos algunos de los conceptos que compartió con nosotros Darija Sesar, una joven estudiante de derecho, quien, junto a sus coetáneos,  nos hablaba con mucha esperanza en espera de ver al Santo Padre la tarde del sábado 6 de junio, en el encuentro dedicado a los jóvenes en el Centro juvenil dedicado a san Juan Pablo II.

(María Fernanda Bernasconi - RV).

 








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