El Papa en la semana
(RV).- El pasado 12 de abril, II Domingo de Pascua y de la Divina Misericordia se vivió en el Vaticano una jornada centrada en el recuerdo del Centenario del martirio armenio. La crueldad nunca puede ser atribuida a la obra de Dios, dijo el Papa en su saludo a los fieles de este pueblo antes de celebrar la misa en la que proclamó Doctor de la Iglesia a San Gregorio de Narek.
- En su homilía el Papa Bergoglio afirmó que “la maldad humana puede abrir en el mundo abismos, grandes vacíos: vacíos de amor, vacíos de bien, vacíos de vida”. Sólo Dios – dijo el Obispo de Roma – puede colmar estos vacíos que el mal abre en nuestro corazón y en nuestra historia. “Es Jesús, quien se hizo hombre y murió en la cruz, quien llena el abismo del pecado con el abismo de su misericordia”.
- A mediodía Francisco rezó con los miles de fieles y peregrinos la oración mariana del Regina Coeli, que sustituye a la del Ángelus en este tiempo pascual.
- Al recordando que, como Tomás, también nosotros estamos invitados a contemplar en las llagas del Resucitado a la Divina Misericordia, que supera todo límite humano y resplandece sobre la oscuridad del mal y del pecado, el Pontífice subrayó que el próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia será un tiempo intenso y prolongado para acoger las inmensas riquezas del amor misericordioso de Dios.
- En su audiencia general, celebrada el tercer miércoles de abril el Obispo de Roma, dedicó su catequesis a la diferencia y a la complementariedad entre el hombre y la mujer, en la que se basa la unión matrimonial y familiar, sostenida por la gracia de Dios.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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