2015-04-01 12:23:00

“Sabemos que la noche es más oscura poco antes que inicie la jornada”


(RV).- “A veces la oscuridad de la noche parece penetrar el alma y pensamos que ya no hay más nada para hacer…el corazón no encuentra más la fuerza de amar. Pero precisamente en esa oscuridad Cristo enciende el fuego del amor de Dios”.

Ante miles de peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, el Santo Padre explicó con detalle el Triduo Pascual y pidió al Señor que “nos conceda a todos participar plenamente en el misterio de su muerte y resurrección haciendo nuestros sus propios sentimientos”.  

“Queridos hermanos y hermanas: Mañana comienza el Triduo Pascual que se abre con la celebración de la Última Cena, en la que Jesús ofreció, con el Pan y el Vino, su Cuerpo y su Sangre al Padre, y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya. El gesto de lavar los pies es expresión de esa misma entrega como servicio a Dios y a los hermanos. En el Bautismo, la gracia de Dios nos ha lavado del pecado, y cada Eucaristía nos interpela a seguir el mandamiento de su amor”.

“El Viernes Santo recordaremos las palabras de Jesús en la Cruz: «Está cumplido»”.

El sacrificio de Jesús es un servicio que nos ha hecho Cristo: “nos ha redimido hasta el final”, explicó Francisco. Ese es el significado de esas palabras «está cumplido».

“El sacrificio del Cordero inmolado, que transforma la mayor iniquidad en un acto supremo de amor, lleva a término el plan contenido en las Escrituras. Nuestra vida refleja este amor perfecto, cuando ofreciéndola por los demás, como Jesús nos enseñó, lo hacemos presente en medio de su pueblo”.

“Qué bello será que todos nosotros, al final de nuestra vida - expresó el Sucesor de Pedro en la catequesis en italiano - con nuestros errores, nuestros pecados, también con nuestras buenas obras, con nuestro amor al prójimo, podamos decir al Padre como Jesús: 'está cumplido'; 'Señor, he hecho todo lo que he podido hacer'”.

“El Sábado Santo, contemplaremos el descanso de Jesús en el sepulcro. Junto a María, mantendremos encendida la llama de la fe y de la esperanza”.

María, la primera y perfecta discípula, la primera y perfecta creyente: es ella quien, en la oscuridad que envuelve la creación, permanece esperando contra toda esperanza en la Resurrección de Jesús. “Por eso – siguió el Papa - en el Sábado Santo la Iglesia, una vez más, se identifica con María: toda su fe, está reunida en Ella”.

“Y a la tarde, en la Vigilia Pascual, celebraremos al Resucitado, centro y fin de la creación y de la historia, en la alegre esperanza de su retorno. La piedra del dolor será removida por el resplandor de la resurrección, que ilumina nuestro presente y nuestro futuro”.

“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los muchos jóvenes, así como a los grupos provenientes de España, México, Ecuador, Argentina y otros países latinoamericanos. Que el Señor nos conceda a todos participar plenamente en el misterio de su muerte y resurrección haciendo nuestros sus propios sentimientos. Muchas gracias”.








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