REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
Jesús en el regazo de María, custodiados por José, es una bendición muy grande para cada uno y toda la comunidad de nuestra Audiencia. El Pesebre, la Sagrada familia de Nazaret son una caricia de Dios que quiere librarnos del mal a vos y a mí; curarnos del miedo, de la orfandad, de la desesperanza y llenarnos con la fecundidad y fuerza de su propia Vida plena y feliz.
Dejémonos acariciar por la bendición de Dios todopoderoso en ternura, misericordia y amor, poniéndonos sin temor a la luz de la Sagrada Familia en el pesebre. Vayamos al encuentro de Jesús recién nacido en la oración; entremos con el corazón en el Pesebre y sintamos el peso y el calor del cuerpo de Cristo nacido de María, abrazándolo. Porque ahí está toda la bendición de Dios para tu familia y la mía y para la familia de la Audiencia de Tu Radio que retransmite Radio Vaticana, la Voz de Francisco.
La luz mansa, poderosa y fecunda del Pesebre de Belén, que la liturgia sostiene hasta el 6 de enero, nos llenan de gratitud, porque nos estamos solos. Dios se hizo uno más de nuestra familia humana, para vencer con vos y conmigo las tinieblas de la muerte y el mal y darnos con su caricia de perdón, la plenitud de la Vida en la luz y el Amor. Por eso bendigamos a Dios y gocemos su bendición amorosa.
Por eso: “A todo lo pasado ¡Gracias! a todo lo que venga ¡Sí!” Porque venimos de Dios y vamos a Dios, por Jesús, con Jesús, en Jesús, en su compañía; como discípulos misioneros de Jesús que es el camino, la verdad, la vida plena.
(Del Libro de los Números 6,22-27)
“El Señor dijo a Moisés: Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán. Ustedes les dirán: Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz. Que ellos invoquen mi Nombre y yo los bendeciré”.
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