2014-12-15 12:46:00

Papa: Jesús está cerca y nos quiere mucho, su alegría se vuelve paz


(RV).- La alegría de la Navidad, que se vuelve paz, es para toda la vida del cristiano y para vivirla hay tres caminos: oración, acción de gracias por los dones recibidos y ayuda al prójimo necesitado, señaló el Papa Francisco, el tercer domingo de Adviento, el domingo de la alegría, en su visita pastoral a la parroquia de San José, en el barrio romano Aurelio. Su primer encuentro fue con los chicos y chicas que se preparan para su Primera Comunión,  los invitó a recordar siempre ese momento en que recibirán por primera vez a Jesús y compartió con ellos recuerdos entrañables:

«Los que van a hacer su Primera Comunión, recuerden siempre, toda la vida, ese día: el primer día que Jesús vino a nosotros. Él viene, se hace uno de nosotros, se hace alimento nuestro para darnos fuerza. Y no se olviden tampoco de los catequistas. Saben que yo nunca olvidé en mi vida a la monja que me preparó. Y cuando murió, el 17 de octubre de 1987, fui a su velorio y recé tanto, porque ella me había acercado a Jesús».

Luego, la oración con los representantes de la comunidad gitana rom y de familias necesitadas, atendidas en esta parroquia. El Papa Bergoglio alentó a todos a no perder la esperanza que nos da el Señor, que no defrauda nunca:

«Les deseo lo mejor. Que siempre haya paz en sus familias, que haya trabajo y alegría. La alegría de Jesús, la paz de Jesús para ir adelante. Sin perder la esperanza en los momentos difíciles, porque la esperanza no defrauda: la da el Señor. Y el Señor tarde o temprano nos espera siempre: siempre. Está cerca de nosotros. Quizá no lo veamos, pero él está cerca y nos quiere mucho».

El tercer encuentro del Papa fue con los enfermos, que son – dijo - «la fuerza en la Iglesia»:

«La Iglesia sin los enfermos no iría adelante. Ustedes son la fuerza en la Iglesia, la verdadera fuerza».

Y después del encuentro dedicado a los niños bautizados el último año y de la confesión de 5 parroquianos, la Santa Misa. En su homilía hizo hincapié en el sentido profundo de la alegría de la Navidad, que no es sólo para recordar cuando nace Jesús:

«La alegría de la Navidad es una alegría especial: una alegría que no es sólo para el día de la Navidad. Es para toda la vida del cristiano. Una alegría serena, tranquila. Una alegría que acompaña siempre al cristiano. Aun en los momentos difíciles. Una alegría que se vuelve paz».

La alegría cristiana no es la del consumismo, sino que es un don del Señor, reiteró Francisco, señalando luego la importancia de la oración, de la acción de gracias y de la vocación de Cristo y de los cristianos de salir al encuentro de los necesitados, tanto material como espiritualmente, dando su alegría y su paz:

«Somos ‘ungidos’: cristianos quiere decir ‘ungidos’  por el Espíritu del Señor. Y ¿para qué? Me ha mandado a llevar la buena noticia a los pobres, a curar las llagas de los corazones que sufren, a proclamar la libertad de los esclavos, de los prisioneros, a promulgar el año de gracia del Señor. Ésta es la vocación de Cristo y la vocación de los cristianos. Salir al encuentro de los demás, de los necesitados, de los que tienen necesidad espiritual o material. De tanta gente que sufre por problemas familiares... llevar la paz, llevar la unción de Jesús, ese bálsamo que hace tanto bien y consuela las almas».

(CdM – RV)








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