La familia sigue siendo escuela incomparable de humanidad, contribución indispensable
para una sociedad justa y solidaria
(RV).- Se llevó a cabo este
sábado 4 de octubre la vigilia de oración en la víspera de la apertura de la III Asamblea
General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la familia. Estuvieron presentes
en la Plaza de San Pedro los ciento noventa y uno padres sinodales y también miles
de familias provenientes de toda Italia. Después de oír los testimonios tres familias,
el Santo Padre pronunció su discurso reflexionando sobre cuán significativo es - incluso
en una cultura individualista que desnaturaliza y hace efímeros los vínculos – que
en cada ser humano permanezca vivo un anhelo esencial de estabilidad, de una persona
con la cual entretejer y compartir la historia de la vida, de una historia a la cual
pertenecer.
“La comunión de vida asumida por el esposo y la esposa, su apertura
al don de la vida, la custodia recíproca, el encuentro y la memoria de las generaciones,
el acompañamiento educativo, la transmisión de la fe cristiana a los hijos...: con
todo esto la familia sigue siendo escuela incomparable de humanidad, contribución
indispensable para una sociedad justa y solidaria (Cf. Exhortación Apostólica Evangelii
gaudium, 66-68). Y cuanto más profundas son sus raíces, más se puede salir y llegar
lejos en la vida, sin perderse ni sentirse extranjeros en ningún lugar”.
La
mañana del domingo el Papa Francisco presidió en la Basílica Vaticana la Santa Misa
de inauguración de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos,
“Las Asambleas sinodales - dijo - no sirven para discutir ideas brillantes y originales,
o para ver quién es más inteligente... Sirven para cultivar y guardar mejor la viña
del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo. En este caso,
el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde los orígenes es parte integral
de su designio de amor por la humanidad”.
Al mediodía del domingo antes del
rezo del Ángelus Francisco invitó a todos a apoyar los trabajos del Sínodo con la
oración: “Los Padres sinodales, provenientes de todas partes del mundo, - expresó
- vivirán junto a mí dos intensas semanas de escucha y de diálogo, fecundadas por
la oración”. “Invito a todos a apoyar los trabajos del Sínodo con la oración, invocando
la Madre, la materna intercesión de la Virgen María”.