La identidad cristiana se realiza con nuestra resurrección
(RV).- (Con audio) El recorrido del
cristiano se realiza en la Resurrección. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía
de la misa matutina celebrada en la Casa Santa de Marta. Al comentar las palabras
de San Pablo en la Primera Carta a los corintios, el Pontífice subrayó que los cristianos
parecen tener dificultades para creer en la transformación del propio cuerpo después
de la muerte.
El Santo Padre centró su homilía en la primera lectura en la
que San Pablo realiza una “corrección difícil”, “la de la Resurrección”. El Apóstol
se dirige a la comunidad de los cristianos de Corinto, quienes creían que “Cristo
ha resucitado” y “nos ayuda desde el Cielo”, pero no era claro para ellos que “también
nosotros resucitaremos”. “Ellos – dijo Francisco – pensaban de otro modo: sí, los
muertos son justificados, no irán al infierno – ¡muy lindo! – pero irán un poco en
el cosmos, en el aire, allí, el alma delante de Dios, sólo el alma”.
Por otra
parte, prosiguió explicando el Papa, también San Pedro “la mañana de la Resurrección
fue corriendo al Sepulcro y pensaba que habían robado su cuerpo”. Y así también María
Magdalena. “No entraba en su mente – observó Francisco – una resurrección real”.
No lograban comprender ese “pasaje nuestro de la muerte a la vida”, a través de la
Resurrección. Al final, comentó el Obispo de Roma, “han aceptado la Resurrección de
Jesús porque lo han visto”, pero “la de los cristianos no era comprendida”. Y recordó
que cuando San Pablo va a Atenas y comienza a hablar de la Resurrección de Cristo,
los griegos sabios, filósofos, se asustan:
“Pero la resurrección de los
cristianos es un escándalo, no pueden comprenderla. Y por esto Pablo hace este razonamiento,
razona así, es tan claro: ‘Si Cristo ha resucitado, ¿cómo pueden decir algunos de
entre ustedes que no existe la resurrección de los muertos? Si Cristo ha resucitado,
también los muertos resucitarán’. Está la resistencia a la transformación, la resistencia
a que la obra del Espíritu que hemos recibido en el Bautismo nos transforme hasta
el final, en la Resurrección. Y cuando nosotros hablamos de esto, nuestro lenguaje
dice: ‘Yo quiero ir al Cielo, no quiero ir al Infierno’, pero nos detenemos ahí. Ninguno
de nosotros dice: ‘Yo resucitaré como Cristo’: no. También a nosotros nos resulta
difícil entender esto”.
Francisco añadió que “es más fácil pensar en un
panteísmo cósmico”. Y esto a causa de “la resistencia a ser transformados, que es
la palabra que usa Pablo: ‘Seremos transformados. Nuestro cuerpo será transformado’”.
“Cuando un hombre o una mujer debe someterse a una intervención quirúrgica – dijo
también el Papa – tiene mucho miedo, porque o le quitarán algo o le pondrán alguna
otra cosa… será transformado, por decirlo de alguna manera”. Y reafirmó que
“con la Resurrección, todos nosotros seremos transformados”:
“Éste es el
futuro que nos espera y éste es el hecho que nos lleva a resistirnos tanto: resistencia
a la transformación de nuestro cuerpo. También resistencia a la identidad cristiana.
Diré más: quizá no tengamos tanto miedo al Apocalipsis del Maligno, del Anticristo
que debe venir antes; quizá no tengamos tanto miedo. Quizá no tengamos tanto miedo
a la voz del Arcángel o al sonido de la trompeta; porque será la victoria del Señor.
Pero quizá tengamos miedo de nuestra resurrección: todos nosotros seremos transformados.
Esa transformación será el final de nuestro recorrido cristiano”.
Esta
“tentación de no creer en la Resurrección de los muertos – prosiguió diciendo el
Papa – nació en los primeros días de la Iglesia. Y cuando Pablo tuvo que hablar de
esto a los Tesalonicenses, “al final, para consolarlos, para animarlos, dice una de
las frases más llenas de esperanza del Nuevo Testamento: ‘Al final, estaremos con
Él’”. Así es la identidad cristiana: “Estar con el Señor. Así, con nuestro cuerpo
y con nuestra alma”. Nosotros – añadió – “resucitaremos para estar con el Señor, y
la Resurrección comienza aquí, como discípulos, si nosotros estamos con el Señor,
si nosotros caminamos con el Señor”. Éste – reafirmó – “es el camino hacia la Resurrección.
Y si nosotros estamos acostumbrados a estar con el Señor, este miedo de la transformación
de nuestro cuerpo se aleja”.
La Resurrección – dijo también el Papa – “será
como un despertar”. Y agregó que la identidad cristiana no termina con un triunfo
temporal, no termina con una bella misión”, sino que se cumple “con la Resurrección
de nuestros cuerpos, con nuestra Resurrección”:
“Allí está el fin, para
saciarnos de la imagen del Señor. La identidad cristiana es un camino, es un camino
donde se está con el Señor; como aquellos dos discípulos que ‘estuvieron con el Señor’
toda aquella tarde, también toda nuestra vida está llamada a estar con el Señor pero
– al final, después de la voz del Arcángel, después del sonido de la trompeta – permanecer,
estar con el Señor”.