«Jesús con las Bienaventuranzas nos entrega el 'protocolo' con el que seremos juzgados»,
el Papa en la catequesis
(RV).- (Actualizado con texto y audio completo del Papa en italiano y español) “Hoy contemplamos
a la Iglesia como nuevo Pueblo de Dios, que se funda sobre la nueva Alianza sellada
con la sangre de Jesús”, expresó el Obispo de Roma en la catequesis del miércoles
6 de agosto, que se realizó en el Aula Pablo VI colmada de peregrinos italianos y
del mundo. Otros siguieron la catequesis en las pantallas gigantes de la plaza del
Santuario de San Pedro.
“En la montaña del Sinaí, Dios había establecido una
alianza con Moisés entregándole los diez mandamientos. También Jesús, sobre una pequeña
colina, entrega a sus discípulos una enseñanza nueva, que comienza con las Bienaventuranzas”
–dijo el Papa. Y explicó que las Bienaventuranzas “son como el retrato de Jesús, su
forma de vida y el camino de la felicidad que anhela el corazón humano”.
Francisco
concluyó afirmando que “además de la nueva ley, el Señor nos invita a reconocerlo
en los pobres, en los que sufren, en los que pasan necesidad. De esto se nos juzgará
al final de nuestra vida. La nueva alianza consiste precisamente en reconocer que
gracias a Cristo la misericordia y la compasión de Dios nos rodean”.
Desde
San Pedro, jesuita Guillermo Ortiz de RADIO VATICANA
Voz del Papa en
la síntesis de su catequesis en español:
Texto
completo de las Palabras del Papa en español:
Queridos hermanos, en
la catequesis de hoy contemplamos a la Iglesia como nuevo Pueblo de Dios, que se funda
sobre la nueva Alianza sellada con la sangre de Jesús. La figura de Juan el Bautista
es muy significativa puesto que prepara al pueblo para recibir al Señor. De esta manera,
hace de puente entre la promesa del Antiguo Testamento y la plenitud de su cumplimiento
en el Nuevo. En la montaña del Sinaí, Dios había establecido una alianza con Moisés
entregándole los diez mandamientos. También Jesús, sobre una pequeña colina, entrega
a sus discípulos una enseñanza nueva, que comienza con las bienaventuranzas. Ellas
son como el retrato de Jesús, su forma de vida y el camino de la felicidad que anhela
el corazón humano. Además de la nueva ley, el Señor nos invita a reconocerlo en los
pobres, en los que sufren, en los que pasan necesidad. De esto se nos juzgará al final
de nuestra vida. La nueva alianza consiste precisamente en reconocer que gracias a
Cristo la misericordia y la compasión de Dios nos rodea. *** Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos
de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Hoy celebramos la fiesta
de la Transfiguración del Señor. Pidamos a Jesús que su gracia nos transforme a imagen
suya, para que viviendo según el espíritu de las bienaventuranzas seamos luz y consuelo
para nuestros hermanos. Muchas gracias y que Dios los bendiga.
Texto
completo de la catequesis del Papa Francisco en italiano: La Iglesia
Nueva Alianza y Nuevo Pueblo
Queridos hermanos
y hermanas,
En las catequesis precedentes hemos visto cómo la Iglesia
constituye un pueblo, un pueblo preparado con paciencia y amor por Dios, y al cual
todos estamos llamados a pertenecer. Hoy quisiera destacar la novedad que caracteriza
a este pueblo, hay una novedad que la caracteriza: se trata realmente de un pueblo
nuevo, que se funda en la nueva alianza establecida por el Señor Jesús con el don
de su vida. Esta novedad no niega el camino anterior ni se contrapone a él, sino lo
lleva hacia adelante, lo lleva a cumplimiento.
1. Hay una figura muy
significativa, que hace de bisagra entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: la de Juan
el Bautista. Para los Evangelios Sinópticos es el “precursor”, el que prepara la venida
del Señor, predisponiendo al pueblo a la conversión del corazón y a la acogida de
la consolación de Dios, ya cercano. Para el Evangelio de Juan es el “testigo”, ya
que nos permite reconocer en Jesús Aquel que viene de lo alto, para perdonar nuestros
pecados, y para hacer de su pueblo su esposa, primicia de la nueva humanidad. Como
“precursor” y “testigo”, Juan el Bautista juega un papel central al interno de toda
la Escritura, en cuanto hace de puente entre la promesa del Antiguo Testamento y su
cumplimiento, entre las profecías, y su realización en Jesucristo . Con su testimonio
Juan nos indica a Jesús, nos invita a seguirlo, y nos dice en términos inequívocos
que esto requiere humildad, arrepentimiento y conversión. Es una invitación que hace
¿no? A la humildad, al arrepentimiento y a la conversión.
2. Como Moisés
había pactado la alianza con Dios, en virtud de la ley que recibió en el Sinaí, así
Jesús, desde una colina junto al lago de Galilea, entrega a sus discípulos y a la
multitud una nueva enseñanza que comienza con las Bienaventuranzas. Moisés da la ley
en el Sinaí, y Jesús, el “nuevo Moisés” da la ley en aquel monte, a orillas del lago
de Galilea. Las Bienaventuranzas son el camino que Dios indica como respuesta al
deseo de felicidad inherente al hombre, y perfeccionan los mandamientos de la Antigua
Alianza. Estamos acostumbrados a aprender los Diez Mandamientos - seguramente todos
ustedes los saben, en catequesis los hemos aprendido. Pero no estamos acostumbrados
a repetir las bienaventuranzas. Probemos ahora a recordarlas y grabarlas en nuestros
corazones. Hagamos una cosa: yo diré una después de la otra. Yo digo una y ustedes
harán la repetición, ¿de acuerdo? Primera:
Bienaventurados los pobres
de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. (R:
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de
los cielos). Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán
consolados. (R: Bienaventurados...) Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra. (R: Bienaventurados...) Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. (R:
Bienaventurados...) Bienaventurados los misericordiosos, porque
ellos alcanzarán misericordia. (R: Bienaventurados...) Bienaventurados
los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. (R: Bienaventurados...) Bienaventurados
los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. (R:
Bienaventurados...) Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. (R: Bienaventurados...) Bienaventurados
ustedes cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma
a causa de mí. Los ayudo: Bienaventurados ustedes cuando sean insultados y perseguidos,
y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense
entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera
persiguieron a los profetas que los precedieron. (R: Alégrense y regocíjense…)
¡Muy
bien! Pero hagamos una cosa, les doy una tarea, una tarea para hacer en casa: tomen
el Evangelio, el que llevan con ustedes – recuerden que deben llevar siempre un pequeño
Evangelio con ustedes, en el bolsillo, en la bolsa, ¡siempre! –o aquél que tienen
en casa. Llevar el Evangelio y en los primeros capítulos de Mateo, en el cinco, están
las Bienaventuranzas. Y hoy, mañana, en casa, léanlas, ¿eh? ¿Lo harán? (responden
sí) ¡Para no olvidarlas porque son la ley que nos da Jesús! ¿Lo harán? (responden
sí) ¡Gracias!
En estas palabras está toda la novedad traída por Cristo:
toda la novedad de Cristo está en estas palabras. En efecto, las Bienaventuranzas
son el retrato de Jesús, su modo de vida; y son el camino hacia la verdadera felicidad,
que también nosotros podemos recorrer con la gracia que Jesús nos dona.
3.
Además de la nueva ley, Jesús nos entrega también el “protocolo” con el que seremos
juzgados – porque en el fin del mundo seremos juzgados - y, ¿cuáles serán las preguntas
que nos harán allá? ¿cuáles serán éstas preguntas? ¿cuál es el protocolo con el cual
el Juez, nos juzgará? Es aquel que encontramos en el vigésimo quinto capítulo del
Evangelio de Mateo. Veinticinco. Hoy, la tarea es leer el quinto capítulo del Evangelio
de Mateo en donde están las Bienaventuranzas y también leer el vigésimo quinto, en
donde está el protocolo, las preguntas que nos harán el día del juicio. No
tendremos títulos, créditos o privilegios que excusar. El Señor nos reconocerá si
a nuestra vez nosotros lo habremos reconocido en el pobre, en el hambriento, en los
indigentes y marginados, en quien sufre y está solo... Este es uno de los criterios
fundamentales para la verificación de nuestra vida cristiana, con el que Jesús nos
invita a medirnos cada día. Yo leo las Bienaventuranzas, pienso cómo debe
ser mi vida cristiana…y luego hago el examen de consciencia con este capítulo veinticinco
de Mateo. Cada día: hice esto, hice esto, hice aquello. Nos hará bien ¿eh? Son cosas
simples, ¡pero concretas!
Queridos amigos, la nueva alianza consiste
precisamente en esto: en el reconocerse, en Cristo, envueltos por la misericordia
y la compasión de Dios. Esto es lo que llena nuestro corazón de alegría, y esto es
lo que hace de nuestra vida un testimonio bello y creíble del amor de Dios por todos
los hermanos que encontramos cada día. Recuérdense las tareas, ¿eh? Capítulo quinto
de Mateo, y capítulo veinticinco, de Mateo. ¡Gracias!