La visita del Papa Francisco trae nueva frescura y nos hace revivir la permanente
novedad del Evangelio, dice Monseñor Mirdita, Arzobispo de Tirana
(RV).- (Con audio) La Oficina de Prensa
de la Santa Sede hizo público el programa del viaje apostólico que el Papa Francisco
realizará a Tirana, en Albania, el próximo 21 de septiembre. El Obispo de Roma partirá
a las 7.30 de la mañana desde el aeropuerto de Fiumicino, a donde llegará tras dos
horas de vuelo. A las 9.30 tendrá lugar la ceremonia de bienvenida en la plaza del
Palacio presidencial, a la que seguirá la visita de cortesía al presidente albanés
Bujar Nishani. A las 10.00 Francisco se encontrará con las autoridades en el Salón
de recepción de este Palacio. A las 11.00, el Papa presidirá la Santa Misa y rezará
el Ángelus en la Plaza Madre Teresa. A las 13.30, se encontrará con los obispos de
esta nación con quienes almorzará en la Nunciatura Apostólica.
Por la tarde,
a las 16.00, el Santo Padre se encontrará con los representantes de las demás religiones
y denominaciones cristianas en la sede de la Universidad católica de Nuestra Señora
del Buen Consejo. A las 17.00 presidirá la celebración de las Vísperas con los sacerdotes,
religiosos, religiosas, seminaristas y miembros de los movimientos laicales en la
Catedral de Tirana, y, en fin, a las 18.30, celebrará un encuentro, en el Centro Betania,
con los niños y algunas personas que reciben asistencia en los institutos caritativos
de Albania. Por último, a las 19.45 tendrá lugar la ceremonia de despedida en el aeropuerto
de Tirana para regresar a Roma, al aeropuerto de Ciampino alrededor de las 21.30.
Marjan Paloka preguntó al Arzobispo de Tirana, Monseñor Rrok Mirdita, con
cuáles sentimientos la Iglesia en Albania espera encontrarse con el Papa Francisco:
Con
sentimientos de gratitud. Nuestra Iglesia está bien enraizada en el territorio y ha
permanecido profundamente ligada a la gente a lo largo de la historia, y dado que
es una Iglesia pequeña, siempre ha visto a Roma con afecto, viviendo así su vocación
a la catolicidad. Nuestra gente ha vivido la pertenencia a la Iglesia Universal a
través de la comunión con el Sucesor de Pedro y la fidelidad a él; incluso en los
momentos en los que el Sucesor de Pedro y la Iglesia Universal eran considerados enemigos
en la patria. Pienso en la larga persecución religiosa bajo el régimen comunista,
pero también en otros momentos del pasado. Ahora es el Sucesor de Pedro quien nos
mira y viene a encontrarse con nosotros, para confirmarnos en la fe y para rendir
homenaje al martirio y al sufrimiento de los católicos, pero no sólo a ellos. La Iglesia
en Albania lo espera con alegría y afecto, pero también las demás religiones y los
no creyentes tienen gran estima y aprecio por nosotros.
En Albania la persecución
atea ha reforzado la comunión entre las religiones. Recordamos que las cuatro comunidades
religiosas principales: musulmanes sunnitas, ortodoxos, católicos y musulmanes bektashi
conviven de manera pacífica…
Absolutamente sí. Después de la caída del comunismo
se pensaba que con la libertad de culto habrían surgido tensiones interreligiosas,
pero no ha sido absolutamente así. Albania ofrece un modelo ejemplar de convivencia
religiosa. No digo que se haya llegado a esta armonía sin sacrificio, pero los sacrificios
realizados a lo largo de la historia han dado frutos de paz, de los que hoy gozan
todos los ciudadanos del país. Los albaneses han aprendido, a lo largo de los siglos,
que es posible ser plenamente fieles a la propia religión en el pleno respeto de la
religión de los demás. No podemos gustar a Dios violando los derechos de los hermanos,
pero se puede honrar a Dios, también públicamente, sin por esto invadir el espacio
de los demás. Por tanto, el Papa Francisco encuentra en Albania un modelo ejemplar
de convivencia pacífica entre las religiones.
Han transcurrido 21 años desde
la visita del Papa Juan Pablo, ¿cómo ha cambiado la Iglesia y la sociedad albanesa
desde entonces?
La visita d San Juan Pablo II fue como una caricia en el cuerpo
atormentado de la Iglesia martirizada. Fue un día de luz para toda la nación. Él reconstituyó
la jerarquía eclesiástica y consagró a los primeros cuatro obispos. A través de aquella
invocación del Espíritu para la consagración de los obispos, uno de los cuales era
yo, se reanimaba todo el cuerpo eclesial. Durante estos dos decenios la Iglesia ha
cambiado mucho. Tenemos un clero autóctono, religiosos y religiosas albaneses que
se unen a tantos misioneros que han trabajado con gran generosidad, pero que poco
a poco pasan la posta a las nuevas generaciones albanesas. Tenemos laicos empeñados
en la Iglesia y en la sociedad. Como Iglesia desarrollamos tantos servicios en el
ámbito social, pero también corremos el riesgo de convertirnos en una Iglesia estática,
sedentaria. Entonces, la visita del Papa Francisco trae nueva frescura, nos sacude
de los hábitos y nos hace revivir la permanente novedad del Evangelio. También la
sociedad ha cambiado mucho, pero algunos desafíos siguen siendo los mismos, como la
corrupción, la pobreza, la desocupación, la criminalidad organizada y la justicia.
La
visita a Tirana es el primer viaje apostólico del Papa Francisco en el continente
europeo. ¿Se puede decir que el Santo Padre comienza desde una periferia de Europa?
Si
por centro se entiende el bienestar material, sí, Albania es una periferia de Europa,
pero nuestro país es rico de otros valores. Tenemos la población más joven del continente,
a pesar de los flujos migratorios, tenemos una familia aún fuerte, en la que los ancianos
son respetados, escuchados y atendidos. Tenemos una preciosa convivencia pacífica
entre las religiones y, a pesar del trauma de la dictadura y el gran sufrimiento del
pasado reciente, no hemos caído en la trampa de una nueva lucha de clases y hemos
mantenido la paz social. Se puede decir que el Papa Francisco entra en el continente
europeo a través del encuentro con un pueblo necesitado, que ha sufrido mucho, pero
que también tiene mucho que dar a Europa.