“Pienso en ustedes enfermos, atendidos con amor y profesionalidad por el personal
médico y paramédico del Gemelli”, Video mensaje del Papa
(RV).- (Con audio)
El tiempo
del verano y de las vacaciones es más difícil para los enfermos y ancianos que quedan
más solos, reflexiona el Obispo de Roma en un video mensaje enviado al hospital Gemelli,
de Roma. Pero, asegura que “podemos estar también en compañía de Jesús por un tiempo
más largo y releer algunas páginas del Evangelio.
El Papa expresa que comprende
la desilusión de todos los que trabajaron con esfuerzo y pasión en los preparativos
de su visita el 27 de junio, “pero pocos minutos antes de partir un fuerte dolor de
cabeza que tenía desde la mañana y que esperaba que pasara, empeoró y a esto se agregaron
nauseas”. Para afirmar también que “no somos dueños de nuestra vida y que no podemos
disponer a nuestro antojo. Debemos aceptar la fragilidad”. Para pedir: “Cultiven conmigo
la confianza de que solo en Dios esta nuestra fuerza”.
Aprovechando la ocasión
y refiriéndose al tiempo de vacaciones, en el que los enfermos tienen más dificultad
para algunos servicios, sobre todo en las grandes ciudades, Francisco exhorta a todos
los ancianos y enfermos: “Cultiven en la oración el gusto por las cosas de Dios. Sean
testigos de que solo Dios es nuestra fuerza. Ustedes enfermos que experimentan la
fragilidad del cuerpo, pueden testimoniar con fuerza a las personas que les están
en torno, cómo el bien precioso de la vida es el Evangelio, el amor misericordioso
del Padre y no el dinero o el poder. De hecho, incluso cuando una persona, según las
lógicas mundanas, es importante, no puede agregar un solo día a la propia vida”.
Jesuita
Guillermo Ortiz – Radio Vaticana
Texto completo de las palabras del
Papa en el video mensaje (Audio voz Papa)
Hemos
iniciado el periodo estivo: muchos parten para descansar un poco; las vacaciones son
un momento en el cual podemos también estar en compañía de Jesús por un tiempo más
prolongado y releyendo algunas páginas del Evangelio. Pero el verano se transforma
también en un tiempo difícil sobre todo para los ancianos y para los enfermos que
se quedan más solos y que se encuentran con mayores dificultades para algunos servicios,
sobre todo en las grandes ciudades. Así, el tiempo del descanso es también el tiempo
en el cual las dificultades de la vida parecen hacerse todavía más fuertes.
Permitan
que mi pensamiento vaya ciertamente a los enfermos, pero en particular, a los enfermos
del Gemelli que el 27 de junio, fiesta del Sagrado Corazón, me esperaban. Sé que todo
había sido preparado con entusiasmo y pasión, también para recordar el 50 aniversario
de la inauguración en Roma del Policlínico Universitario “Agostino Gemelli”, anexo
a la Facultad de Medicina y Cirugía. Todo estaba listo; es más, como han podido ver,
mis más estrechos colaboradores estaban ya en el Gemelli pero, pocos minutos antes
de partir, un fuerte dolor de cabeza que tenía desde la mañana y que esperaba que
pasaba, fue empeorando y a esto se agregó también la náusea.
Comprendo la pena
no sólo de los responsables sino también de todos los que han trabajado con tanto
esfuerzo y pasión. Comprendo, sobre todo, la desilusión de los enfermos ya listos
para poder rezar juntos durante la Santa Misa, a los que hubiera querido saludar personalmente. Pienso
precisamente en ustedes enfermos, acudidos con amor y profesionalidad por el personal
médico y paramédico del Gemelli: cultiven en la oración el gusto por las cosas de
Dios, sean testigos de que sólo Dios es nuestra fuerza. Ustedes enfermos, que experimentan
la fragilidad del cuerpo, pueden testimoniar con fuerza a las personas que les están
cerca, cómo el bien precioso de la vida es el Evangelio, el amor misericordioso del
Padre y no el dinero o el poder. De hecho, incluso cuando una persona en la lógicas
mundanas es importante, no puede agregar un solo día a la propia vida.
Agradezco
de corazón también a todo el personal administrativo y a las miles de personas que
llegaron al Gemelli desde las sedes italianas de la Universidad Católica: Milán, Brescia,
Piacenza-Cremona. A todas estas personas mi gracias personal. Y sepan que sé cuánta
dedicación y cuánta pasión ponen en su trabajo.
Un saludo cordial al Presidente
del Toniolo, el Cardenal Scola y al Asistente general de la Universidad Católica,
Mons. Claudio Giuliodori.
Sepan que he deseado mucho el encuentro con ustedes
pero, como bien saben, nosotros no somos dueños de nuestra vida y no podemos disponer
a nuestro gusto. Debemos aceptar las fragilidades. Conmigo cultiven la confianza que
sólo en Dios está nuestra fuerza. Los confío a María y ustedes continúen rezando por
mí.
(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV)