Pedido a Dios de lágrimas -del Obispo de Roma- por los actos sacrílegos y pedido de
perdón a las víctimas de abusos sexuales de sacerdotes, con el compromiso de tolerancia
cero
(RV).- (Con voz de Papa)
Seis víctimas
de abusos sexuales realizados por sacerdotes, pasaron por Santa Marta, en el Vaticano,
el 8 de julio de 2014, para encontrarse con el Papa.
El primer encuentro de
Francisco con víctimas de abusos, organizado -a solicitud del mismo Papa- por el cardenal
O’Malley y la Comisión pontificia para la tutela de menores, se caracterizó por su
intensidad y por su duración, dado que Francisco los encontró y saludo ya en la víspera,
en el comedor de Santa Marta, el lunes iniciaron juntos la jornada con la celebración
de la Eucaristía seguida del desayuno, para concluir recién a las 12:20, después de
más de tres horas de diálogo personal, en las que cada uno de ellos tuvo oportunidad
de hablar privadamente con el Obispo de Roma.
El jesuita Federico Lombardi
testimonia la gratitud de estas víctimas de abusos por haber sido recibidos, por la
capacidad de escucha del Papa, por su cercanía.
Por su parte Francisco en la
homilía de la misa fue categórico, con afirmaciones tales como: “Esta es mi angustia
y dolor por el hecho de que algunos sacerdotes y obispos han violado la inocencia
de menores y su propia vocación sacerdotal al abusar sexualmente de ellos. Es algo
más que actos reprobables. Es como un culto sacrílego porque esos chicos y esas chicas
le fueron confiados para llevarlos a Dios, y ellos los sacrificaron al ídolo de su
concupiscencia… Hoy el corazón de la Iglesia mira los ojos de Jesús en esos niños
y niñas y quiere llorar. Pide la gracia de llorar ante los execrables actos de abuso
perpetrados contra menores… -dijo Francisco-.
La presencia de ustedes, aquí,
habla del milagro de la esperanza… Sin duda es un signo de la misericordia de Dios
el que hoy tengamos esta oportunidad… Ante Dios y su pueblo expreso mi dolor por los
pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes
y humildemente pido perdón… También les pido perdón por los pecados de omisión por
partes de lideres de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias
de abuso… -manifestó el Papa, que también afirmó: No hay lugar en el ministerio de
la Iglesia para aquellos que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el
daño infligido a un menor por parte de nadie… Nosotros pedimos (a Jesús) que nos
mire, que nos dejemos mirar, que lloremos, y que nos dé la gracia de la vergüenza…
y que no permita que ningún lobo se meta en el rebaño...”