El problema más grave es la dignidad. No poder llevar el pan a casa quita la dignidad
(RV).- (Se actualizó con audio y discurso completo del Papa) Respondiendo al agricultor
Gabriele Maglieri, a la obrera Elisa Piermarino y al rector de la Universidad del
Molise en Campobasso, que hablaron del trabajo como una emergencia presente, porque
las crisis se abaten sobre las periferias, Francisco expresó: El rector recordó algo
que dije sobre el Dios de las sorpresas. Así es nuestro Padre. Pero “tomo ahora lo
que él dijo sobre el Dios que rompe los esquemas. Si nosotros no tenemos el coraje
de romper los esquemas jamás iremos adelante, porque Dios nos empuja a esto, nuestro
Dios nos empuja a esto: a ser creativos del futuro”.
El Obispo de Roma manifestó
que el joven agricultor testimonia esto con su decisión de estudiar en la Universidad
para trabajar la tierra por vocación. Y afirmó que permanecer como campesinos sobre
la tierra no es estar fijo, “tiene que hacer un dialogo creativo del hombre con su
tierra, que la hace florecer, y la transforma para todos nosotros en fecunda”. Custodiar
la tierra para que dé fruto sin ser explotada es uno de los más grandes desafíos.
Nuestro pecado es explotar la tierra.
Otro desafío, explicó el Sucesor de Pedro,
es el que expresó esta madre obrera. Su llamada es por el trabajo y por la familia.
Se trata de conciliar el trabajo con la familia. En el confesionario pregunto cuando
viene un padre una madre ¿pierdes el tiempo jugando con tus hijos?, relató. “La situación
económica nos empuja a dejar esto de perder el tiempo con la familia… Este punto nos
permite discernir la cualidad humana del sistema económico en el que nos encontramos.
El
domingo libre del trabajo no interesa solamente al creyente, interesa a todo como
elección ética, este espacio de la gratuidad para estar con la familia, los amigos.
El Dios que rompe los esquemas, el Dios de la libertad, lo hace para que seamos más
libres.
El Papa invitó a “un pacto para el trabajo”. Tantos puestos de trabajo
pueden ser recuperados a través de una estrategia concordada con las autoridades nacionales
y europeas. Los animo a ir adelante sobre este camino. Quisiera volver a recordar
una palabra que dijiste: dignidad. No tener trabajo no es solamente no tener lo necesario
para vivir. Podemos comer en caritas todos los días. El problema es no llevar el pan
a la casa, esto quita la dignidad. El problema más grave es la dignidad por esto tenemos
que trabajar y defender la dignidad que nos da el trabajo. jesuita Guillermo Ortiz
– Radio Vaticana
Discurso completo del Papa al mundo del trabajo en la
Universidad de Campobasso:
Sr. Rector, Autoridades, estudiantes,
personal de la Universidad, profesores, hermanos y hermanas del mundo del trabajo,
Les doy las gracias por su acogida. Gracias sobre todo por haber compartido
conmigo la realidad que ustedes viven, las fatigas y las esperanzas. El Sr. Rector
tomó las palabras que yo dije una vez, que nuestro Dios es el Dios de las sorpresas:
es verdad. Todos los días nos hace una, ¿eh? Es así, nuestro Padre. Pero dijo algo
más acerca de Dios: dijo que Dios rompe los esquemas. Y si no tenemos el coraje de
romper los esquemas, no iremos hacia adelante porque nuestro Dios nos empuja a esto:
a ser creativos del futuro. ¡Hermosa definición teológica!
Mi visita a Molise
comienza con este encuentro con el mundo del trabajo, pero el lugar en el que nos
encontramos es la Universidad. Y esto es significativo: expresa la importancia de
la investigación y la formación para responder a las nuevas y complejas cuestiones
que la crisis económica actual plantea, a nivel local, nacional e internacional. Daba
testimonio de ello hace poco un joven agricultor con su opción de licenciarse en agricultura
para trabajar la tierra “por vocación”. El permanecer del agricultor sobre la tierra
no es permanecer fijo; sino que es hacer un diálogo, un diálogo fecundo, un diálogo
creativo. Es el diálogo del hombre con su tierra que la hace florecer, la hace fecunda
para todos nosotros. Esto es importante. Un buen programa de formación no ofrece soluciones
fáciles, pero ayuda a tener una mirada más abierta y creativa para valorar mejor los
recursos del territorio.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que se ha dicho
sobre el "custodiar" la tierra, para que dé fruto sin ser “explotada”. Éste es uno
de los mayores desafíos de nuestro tiempo: convertirnos hacia a un desarrollo que
respete la creación. Veo América - mi patria, también: tantos bosques, arrasados,
todo, convertidos en tierra que no se puede cultivar, que no puede dar vida. Este
es nuestro pecado: explotar la tierra y no dejar que ella nos dé lo que tiene en su
interior, con nuestra ayuda del cultivo.
Otro desafío ha surgido de la voz
de esta buena mamá obrera, que también habló en nombre de su familia: de su marido,
del niño y del que lleva en su vientre. El suyo es un llamado por el trabajo y al
mismo tiempo por la familia. ¡Gracias por estos testimonios! En efecto, se trata de
conciliar el tiempo del trabajo con el tiempo de la familia. Pero les diré una cosa:
Yo voy al confesionario, confieso a las personas; ahora no tanto como lo hacía en
la otra diócesis... Cuando viene una mamá o un papá jóvenes, le pregunto: “¿Cuántos
hijos tienes”. Y siempre les hago otra pregunta: “Dime, ¿juegas con tus hijos?”. La
mayoría (responde) , “¿Cómo, padre?” – “Sí, sí: ¿juegas? ¿Pierde el tiempo con sus
hijos?”.
Estamos perdiendo esta ciencia, esta sabiduría de jugar con nuestros
niños. La situación económica nos empuja a ello, a perder esto. Por favor, ¡perder
el tiempo con nuestros niños! El domingo: usted se ha referido al domingo de la
familia, a perder el tiempo... Este es un punto “crítico”, un punto que nos permite
discernir, evaluar la calidad humana del sistema económico en el que nos encontramos.
Y dentro de este contexto también se coloca el tema de trabajar el domingo, lo que
interesa no sólo a los creyentes, sino que interesa a todos, como elección ética.
Es este espacio de gratuidad que estamos perdiendo, ¿eh? La pregunta es: ¿a qué queremos
dar prioridad? El domingo libre de trabajo- con la excepción de los servicios necesarios
– está para afirmar que la prioridad no va a lo económico, sino a lo humano, a lo
gratuito, a las relaciones no comerciales sino familiares, a los amigos, para los
creyentes a la relación con Dios y con la comunidad. Tal vez ha llegado el momento
de preguntarse si aquella de trabajar los domingos, es una verdadera libertad. Porque
el Dios de las sorpresas y el Dios que rompe los esquemas, sorprende y rompe los esquemas
para que nosotros seamos más libres: es el Dios de la libertad.
Queridos amigos,
hoy me gustaría unir mi voz a la de muchos trabajadores y empresarios de este territorio
pidiendo que pueda implementarse también un “pacto para el trabajo”. He visto que
en Molise se está tratando de responder al drama del desempleo uniendo fuerzas de
una manera constructiva. Muchos puestos de trabajo podrían ser recuperados a través
de una estrategia acordada con las autoridades nacionales, un “pacto para el trabajo”
que sepa aprovechar las oportunidades ofrecidas por las normas nacionales y europeas.
Los animo a seguir adelante en este camino, que puede traer buenos frutos aquí, así
como en otras regiones. Me gustaría regresar sobre una palabra que tú has dicho:
dignidad. No tener trabajo no es sólo no tener lo necesario para vivir: no. Podemos
comer todos los días: vamos a Caritas, vamos a esta asociación, al club, vamos allá
y nos dan algo de comer. Pero ese no es el problema. El problema es no llevar el pan
a casa: ¡esto es grave, y esto quita la dignidad! Esto , nos quita la dignidad. Y
el problema más grave no es el hambre, es un problema. El problema más grave es la
dignidad. Por esto tenemos que trabajar y defender nuestra dignidad, que la da el
trabajo.
Por último, me gustaría decirles que me llamó la atención el
hecho de que me hayan donado un cuadro que representa justamente una “maternidad”.
La maternidad conlleva el trabajo, pero el trabajo de parto se orienta a la vida,
está lleno de esperanza. Así que no sólo les doy las gracias por este regalo, sino
que les agradezco aún más por el testimonio que contiene: la de un trabajo lleno de
esperanza. ¡Gracias! Y me gustaría añadir un hecho histórico, que me ha pasado. Cuando
era Provincial de los jesuitas, había necesidad de enviar a la Antártida a vivir allí
10 meses al año, un capellán, he pensado, y fue uno, el padre Bonaventura De Filippis.
Pero, ¿saben?, nació en Campobasso, era de aquí... ¡Gracias!