El temor de Dios, don del Espíritu Santo, abre nuestro corazón a Él. Papa Francisco
en la Audiencia General
(RV).- (actualizado con audio) En una plaza de San Pedro repleta de peregrinos, el
Papa Francisco, quien como todos los miércoles saludó antes de comenzar la Audiencia
a los fieles haciendo un recorrido en automóvil, habló de la necesidad que tenemos
del don del Espíritu Santo. Insistió en la importancia de las caricias de Dios, y
recordó que no tenemos que centrarnos en e l poder, ni en la vanidad. Habló de las
personas que se dejan corromper por estas circunstancias advirtiéndoles que tienen
el corazón roto y que así es difícil que se acerquen a Dios, “porque no tiene a
Dios en el corazón”. “No son felices”, dijo. “Trata de personas, fabricación de armas…”
El Santo Padre lanzó una pregunta a los fieles: “¿quién de los que estamos aquí es
fabricante de armas? ¡Ninguno!, porque estos mercaderes de muerte no están aquí, aseguró.
(MZ-RV)
Estás son las palabras que el Santo Padre dedicó a los fieles
de lengua española: (Audio) Queridos
hermanos: El temor de Dios, don del Espíritu Santo, al que me refiero hoy,
no quiere decir tener miedo a Dios, Omnipotente y Santo, pues sabemos que Dios es
nuestro Padre, que nos ama y quiere nuestra salvación. Cuando el Espíritu Santo habita
en nuestro corazón, nos infunde consuelo y paz, aquella actitud de quien deposita
toda su confianza en Dios y se siente protegido, como un niño con su papá. Este
don del Espíritu Santo nos permite imitar al Señor en humildad y obediencia, no con
una actitud resignada y pasiva, sino con valentía y gozo. Nos hace cristianos convencidos
de que no estamos sometidos al Señor por miedo, sino conquistados por su amor. Finalmente,
el temor de Dios es una “alarma”. Cuando una persona se instala en el mal, cuando
se aparta de Dios, cuando se aprovecha de los otros, cuando vive apegado al dinero,
la vanidad, el poder o el orgullo, el santo temor de Dios llama la atención: Así no
serás feliz, así terminarás mal... Que el temor de Dios nos permita comprender
que un día todo terminará y que debemos dar cuentas a Dios.