Al ordenar obispo a Monseñor Fabio Fabene, el Papa Francisco le pidió que vele y sirva
al pueblo de Dios
(RV). (Con audio) Ayer a las 17.00,
en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco celebró la Santa Misa durante la cual
procedió a la ordenación episcopal de Monseñor Fabio Fabene, Subsecretario del Sínodo
de los Obispos, del clero de la Diócesis italiana de Viterbo, nacido en Roma en 1959,
ordenado sacerdote en 1984, y elegido Obispo titular de Acquapendente el pasado 8
de abril.
Vela sobre el pueblo de Dios y sírvelo como hizo Jesús, fueron algunas
de las exhortaciones que el Santo Padre dirigió a Monseñor Fabene. En esta ocasión,
el Papa leyó el texto de la homilía ritual que el Pontifical romano prevé en esta
circunstancia, añadiendo algunas integraciones. En efecto, dirigiéndose a Monseñor
Fabio Fabene, al subrayar que el episcopado es un “servicio” y no “un honor”, el Papa
afirmó:
“Has sido elegido por el rebaño: que jamás vengan la vanidad, el
orgullo y la soberbia. Y has sido elegido, constituido para los hombres: que tu actitud
sea siempre de servicio. Como Jesús”.
Antes de indicar al nuevo obispo
el camino del anuncio, de la custodia de los misterios de Cristo y el amor a cuantos
Dios querrá encomendarle, también aquellos que no pertenecen al único rebaño de Cristo,
el Pontífice le recomendó a Monseñor Fabene, que vele sin adormecerse:
“Vela
sobre ti mismo y vela sobre el pueblo de Dios. Este velar significa vigilar, estar
atento para defenderse a sí mismo de tantos pecados y de tantas actitudes mundanas,
y para defender al pueblo de Dios de los lobos que, como decía Pablo, puedan venir”.
Pero
velar, recordó además el Papa Francisco, también es rezar:
“Rezar por el
pueblo, como hacía Moisés: con las manos hacia arriba, esa oración de intercesión,
esa oración valerosa cara a cara con el Señor por el pueblo”.