Confrontándonos, discutiendo y rezando se resuelven los problemas en la Iglesia, Francisco
Papa
(RV).- (Actualizado con video y audio)
Jesús quiere
que el cristianismo sea destinado a todo el mundo, por ello, cuando la comunidad cristiana
que, hasta ese momento había sido favorecida por la pertenencia a una única etnia
y cultura, la judaica, se abre al ámbito cultural griego, se resiente la homogeneidad
y surgen las primeras dificultades: descontento, lamentaciones; voces de favoritismo
y disparidad de tratamiento, manifestó el Obispo de Roma en su reflexión previa a
la oración del Regina Coeli, basada en la lectura de los Hechos de los Apóstoles
de la liturgia del domingo, en la Plaza de san Pedro en Roma, ante más de 70 mil fieles
y peregrinos que llegaron para escucharlo y rezar con él.
Los Apóstoles toman
en mano la situación y llaman a una reunión ampliada también a los discípulos. Y dialogan
pastores y fieles -dijo el Sucesor de Pedro- “Los problemas no se solucionan fingiendo
que no existen”, y afirmó: “¡Y es bello este diálogo sincero entre los pastores y
los fieles”. “Confrontando, discutiendo y rezando, así se resuelven los conflictos
en la Iglesia. ¡Confrontando, discutiendo y rezando!, con la certeza de que las habladurías,
la envidia, los celos, no podrán jamás llevarnos a la concordia, a la armonía y a
la paz”. Estuvo allí el Espíritu Santo -dijo el Papa. Y esto nos hace comprender
que cuando nosotros dejamos al Espíritu la guía, él nos lleva a la armonía, a la unidad,
el respeto de los diversos dones y talentos. Escucharon bien: ¡Nada de habladurías,
nada de celos, ni envidias!
El Vicario de Cristo pidió a la Virgen “que nos
ayude a ser dóciles al Espíritu Santo, para que sepamos estimarnos mutuamente y convergir
cada vez más profundamente en la fe y en la caridad, teniendo el corazón abierto a
las necesidades de los demás”. (Jesuita Guillermo Ortiz - RV)
Traducción
al español del texto completo de la reflexión del Papa
Queridos
hermanos y hermanas ¡Buenos días!
Hoy la lectura de los Hechos de Apóstoles
nos muestra que aun en el comienzo de la Iglesia emergen las primeras tensiones y
disensiones. En la vida, los conflictos existen, el problema es cómo se afrontan.
Hasta ese momento la unidad de la comunidad cristiana había sido favorecida por la
pertenencia a una etnia y cultura, la judaica. Pero, cuando el cristianismo, que por
voluntad de Jesús está destinado a todos los pueblos, se abre al ámbito cultural helenista
– griego – llega la falta de esta homogeneidad y surgen las primeras dificultades.
En ese momento, serpentea el descontento, hay lamentaciones, rumores de favoritismos
y trato desigual – esto sucede también en nuestras parroquias -. La ayuda de la comunidad
a las personas necesitadas - viudas, huérfanos y pobres en general -, parece privilegiar
a los cristianos de origen judío, con relación a los demás.
Entonces, ante
este conflicto, los Apóstoles toman las riendas de la situación: convocan una reunión
ampliada también a los discípulos, debaten juntos acerca de la cuestión, todos. Los
problemas, en efecto, ¡no se resuelven fingiendo que no existen! Y es hermoso este
debate sincero entre los pastores y los otros fieles. Se llega por lo tanto a una
subdivisión de tareas. Los Apóstoles presentan una propuesta que todos aceptan: ellos
se dedicarán a la oración y al ministerio de la Palabra, mientras siete hombres, los
diáconos, se encargarán del servicio en las mesas para los pobres. Estos siete no
son elegidos porque eran expertos en negocios, sino porque eran hombres honestos y
de buena reputación, llenos de Espíritu Santo y de sabiduría; y son constituidos
en su servicio mediante la imposición de las manos de parte de los Apóstoles.
Y
así, de aquel malcontento, de aquella queja, de aquellos rumores de favoritismos y
trato desigual, se llega a una solución. Confrontándonos, discutiendo y rezando: así
se resuelven los conflictos en la Iglesia. ¡Confrontándonos, discutiendo y rezando,
con la certeza de que los chismes y los celos nunca podrán llevarnos a la concordia,
a la armonía o a la paz!
Fue también allí, que el Espíritu Santo coronó este
entendimiento y esto nos hace comprender que, cuando nosotros nos dejamos guíar por
Espíritu Santo, Él nos lleva a la armonía, a la unidad y al respeto de los diversos
dones y talentos.
¿Han entendido?... ¡Nada de chismes! ¡Nada de envidias! ¡Nada
de celos! ¿entendido?.... (aplausos)
Que la Virgen María nos ayude a ser dóciles
al Espíritu Santo, para que sepamos estimarnos mutuamente y converger cada vez más
profundamente en la fe y en la caridad, teniendo el corazón abierto a las necesidades
de los hermanos.
Traducción del italiano: Cecilia de Malak
Cercanía
y oración del Papa por las víctimas de la inundación en los Balcanes
Queridos
hermanos y hermanas,
graves inundaciones han devastado amplias
zonas de los Balcanes, sobre todo en Serbia y Bosnia. Mientras confío al Señor las
víctimas de tal calamidad, expreso mi personal cercanía a cuantos están viviendo horas
de angustia y de tribulación. Recemos juntos a la Virgen por estos hermanos y hermanas
que viven tantas dificultades.
Ayer en Iaşi, en Rumania, ha sido proclamado
Beato el Obispo Anton Durcovici, mártir de la fe. Pastor ferviente y valiente, fue
perseguido por el régimen comunista rumano y murió en la cárcel en el 1951. Junto
con los fieles de Iaşi y de toda Rumania, ¡demos gracias a Dios!
Saludo a todos
ustedes, romanos y peregrinos: a las familias, a los grupos parroquiales, a las asociaciones,
a las escuelas. En particular, saludo a los estudiantes de las escuelas católicas
de Madrid y Pamplona, a aquellos provenientes de México y de Colombes (Francia), a
los jóvenes de la escuela “Nostra Signora della Neve” de Génova y a los niños del
Centro “Volto Santo” de Bari. Saludo a las delegaciones de las ciudades de Perth
(Australia) y Vasto (Italia), hermanadas desde hace 25 años; a los fieles de Tombolo,
Grezzana, Cerignola, San Biagio, San Fiorano, Parabita, Patù, Bronte, Cassino e Dogana;
al coro de Brindisi, al Centro de ancianos de Locara, a la Piccola Fraternità Emmaus
de San Benedetto del Tronto, a los jóvenes de Lodi y a los de Atri. Aliento a las
asociaciones de voluntariado que han venido para la Jornada del enfermo oncológico:
rezo por ustedes, por los enfermos y las familias. ¡Y ustedes recen por mí!
A
todos les deseo un feliz domingo. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!