Misioneros de la caridad de Dios y testimonios cristianos en la sociedad, con el
Espíritu Santo, reitera el Papa
(RV).- (con audio) Con las imágenes de
San Juan XXIII y de San Juan Pablo II, engalanando aún la Plaza de San Pedro, la misma
que abrazó tantos momentos históricos de sus respectivos pontificados, el Papa Francisco
- en sus palabras a los peregrinos de tantas partes del mundo, que también en esta
audiencia general eran numerosísimos – alentó a dejar que el espíritu del entendimiento
nos enseñe a reconocer el plan de Dios y de su amor en nuestras vidas, para ser misioneros
de la caridad de Dios, impulsando el fiel testimonio cristiano en la sociedad. Y
evocó a los dos Papas santos, en particular dirigiéndose a los compatriotas de Juan
Pablo II y a los de Juan XXIII.
Señalando que permanece especialmente vivo
en estos días el testimonio de fe, de esperanza y de caridad, del Papa Wojtyla junto
con su entrega a la Divina Misericordia, rogó su intercesión para que sostenga la
vida y las buenas intenciones de los fieles polacos, las preocupaciones y las alegrías
de sus seres queridos, el desarrollo y el sereno futuro de la Iglesia y de toda la
nación de Polonia.
Invocando asimismo para todos la alegría y la paz del
Señor Resucitado, el Obispo de Roma hizo hincapié en que, con el don del entendimiento,
el Espíritu Santo nos introduce en el Misterio trinitario, nos abre a la fe y nos
permite vivirla cada día en plenitud. Para luego reiterar su exhortación a dejar que
el Espíritu Santo nos guíe y encienda en nosotros el fuego del amor. En el tradicional
y especial saludo a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, recordando
la fiesta litúrgica de Santa Catalina de Siena – patrona de Italia y de Europa – alentó
a los queridos jóvenes a aprender de ella a vivir con la conciencia recta, sin pactar
con compromisos mundanos. A los queridos enfermos a inspirarse en su ejemplo de fortaleza,
en los momentos de mayor dolor. Y a los queridos recién casados a imitar la solidez
de la fe de quien confía en Dios.