Dolor del Papa por el asesinato del P. Frans van der Lugt y nuevo apremiante llamamiento
por la paz en Siria y Oriente Medio
(RV).- (se actualizó con
audio) Una vez más desde la Plaza de San Pedro se elevó una oración por la paz. «¡Por
favor callen las armas y se ponga fin a la violencia!» Con su profundo dolor por el
brutal asesinato en Siria del sacerdote holandés, P. Frans van der Lugt, de la Compañía
de Jesús, el Papa Francisco invitó, una vez más, a unirse a él en la oración, rogando
por la paz en Siria y en toda la región. Recordando a los numerosos secuestrados -
cristianos y musulmanes – con el anhelo de que pronto vuelvan a estar con sus seres
queridos, dirigió un apremiante llamamiento a los responsables sirios y a la comunidad
internacional, para que se ponga fin a la violencia, se respete el derecho humanitario
y se impulse el diálogo y la reconciliación. Con este ruego culminó su audiencia general:
«El
lunes pasado, en Homs, Siria, fue asesinado el Rev.do P. Frans van der Lugt, un jesuita,
holandés, hermano mío, de 75 años, que llegó a Siria hace unos 50 años, que siempre
ha hecho bien a todos, con gratuidad y amor, y por lo tanto era amado y respetado
por cristianos y musulmanes.
Su brutal asesinato me llena de profundo
dolor y me hace pensar, una vez más, que todavía mucha gente sigue sufriendo y muriendo
en ese atormentado país - mi amada Siria - que desde hace ya demasiado tiempo sigue
siendo presa de un sangriento conflicto, que sigue cosechando muerte y destrucción.
Pienso asimismo en las numerosas personas secuestradas - cristianos
y musulmanes – sirios y de otros países, entre los que hay obispos y sacerdotes.
Pidamos al Señor que pronto puedan volver a estar con sus seres queridos y con sus
familias y comunidades.
Invito de corazón a todos a unirse a mí en la
oración por la paz en Siria y en la región, y lanzo un apremiante llamamiento a los
sirios y a la comunidad internacional: ¡callen las armas y se ponga fin a la violencia!
¡Nunca más guerra! ¡Nunca más destrucción! Que se respete el derecho humanitario,
se brinde ayuda a la población necesitada de asistencia humanitaria y se logre alcanzar
la anhelada paz a través del diálogo y de la reconciliación. A Nuestra Madre María,
Reina de la Paz, pidámosle que dé este don de la paz para Siria. ¡Y recemos todos
juntos: Dios te salve María!»