Confesión no es un tribunal de condena, sino experiencia de perdón y misericordia:
el Papa a los participantes a un curso de la Penitenciaría Apostólica
(RV).- (Con video) El Santo Padre Francisco esta mañana recibió en audiencia a unos
600 participantes en el curso de la Penitenciaría Apostólica, el Tribunal que tiene
jurisdicción en los asuntos relacionados con el fuero interno, también no sacramental,
y las indulgencias. Estáis llamados a ser hombres del Espíritu Santo, ya que "el
protagonista del ministerio de la reconciliación es el Espíritu Santo." El Papa Francisco
subrayó la importancia de la formación de los sacerdotes, para que sean "buenos confesores,
conscientes de la importancia de este ministerio":
"El confesor acoge a los
penitentes no con la actitud de un juez, ni tampoco como un simple amigo, sino con
el amor de Dios, con el amor de un padre que ve a su hijo de vuelta y va a su encuentro,
del pastor que ha encontrado la oveja perdida".
El Papa recordó que los confesores
deben ser heraldos y testigos de la Resurrección de Cristo y afirmó que "este testimonio
se lee en el rostro, se oye en la voz del sacerdote que administra con fe y con la
'unción' el Sacramento de la Reconciliación"
El corazón del sacerdote es un
corazón que sabe conmoverse, no lo hace por mero sentimentalismo o emoción, sino por
las "entrañas de misericordia del Señor”. Si bien es cierto que la tradición nos indica
el doble papel de médico y de juez para los confesores, no olvidemos nunca que como
médico está llamado a sanar y como juez a absolver."
"El perdón que el Sacramento
confiere es la vida nueva que nos transmite el Señor Resucitado a través de Su Espíritu",
reiteró el Papa que agregó que "la tarea de los sacerdotes es donarla generosamente
a los hermanos". Y advirtió: "un sacerdote que no cuida esta parte de su ministerio,
es como un pastor que no se toma el cuidado de las ovejas que se le perdieron; es
como un padre que olvida de su hijo". Y añadió:
"¡La misericordia es el corazón
del Evangelio! No lo olviden. Es la buena noticia de que Dios nos ama, que siempre
ama al hombre pecador, y con este amor nos atrae hacia sí y nos invita a la conversión".
"No
olvidemos - recuerda Francisco - que los fieles a menudo les cuesta acercarse al Sacramento,
ya sea por razones prácticas y ya sea por la natural dificultad de confesar a otro
hombre los propios pecados. Por eso recomendó el Papa: "Tenemos que trabajar mucho
acerca de nosotros mismos, y nuestra humanidad, para no ser un obstáculo, sino favorecer
siempre la misericordia y el perdón".
"Muchas veces sucede que una persona
viene y dice:" No me confieso desde hace muchos años, he tenido este problema, salí
de la confesión porque me encontré con un sacerdote que me dijo esto'… y vemos la
imprudencia, la falta de amor pastoral, en lo que cuenta aquella persona. Y se alejan
por una mala experiencia en la confesión. Si hay esta actitud de padre, que viene
de la bondad de Dios, esta cosa no sucederá nunca".
“¡La Confesión -dijo Francisco-
no es un tribunal de condena, sino una experiencia de perdón y de misericordia!”.