(RV).- (Con audio) A la hora del Ángelus
del segundo domingo de Cuaresma el Papa Francisco invitó a llevar con nosotros un
pequeño Evangelio y leer un pasaje cada día, porque allí Jesús nos habla, en el Evangelio”.
“¡Escuchen
a Jesús!”. Y esto no lo dice el Papa, lo dice Dios Padre, a todos, a mí, a ustedes,
a todos, a todos. Es como una ayuda para ir adelante por el camino de la Cuaresma.
(…) Es una cosa buena, tener un pequeño Evangelio, pequeño. Y llevarlo con nosotros
en el bolsillo, en la cartera, y leer un pequeño pasaje en cualquier momento de la
jornada. En cualquier momento de la jornada yo tomo del bolsillo el Evangelio y leo
algo, un pequeño pasaje, y ahí es Jesús que nos habla, en el Evangelio.
Con
estas palabras Papa Francisco, antes de rezar la oración del Ángelus, invitó a todos
a seguir, cada día, la voz de Dios Padre dirigida a Pedro, Santiago y Juan en el monte
de la Transfiguración. Para escuchar a Jesús, prosiguió, “es necesario estar cerca
de Él, seguirlo, como hacían las multitudes del Evangelio, que lo reconocían por las
calles de Palestina. Jesús no tenía una cátedra o un púlpito fijo, sino que era un
maestro itinerante”. Como los tres discípulos, tenemos necesidad de apartarnos en
un espacio de silencio – concluyó el Papa – para reencontrarnos con nosotros mismos
y percibir mejor la voz del Señor. Esto lo hacemos en la oración. No podemos permanecer
siempre allí.
El encuentro con Dios en la oración nos impulsa nuevamente
a “bajar de la montaña” y a volver hacia abajo, a la llanura, donde nos encontramos
con muchos hermanos abrumados por fatigas, enfermedades, injusticias, ignorancia,
pobreza material y espiritual. “La palabra de Cristo en nosotros crece cuando la
proclamamos, cuando la damos a los demás”. Aprendamos a “subir” con la oración y a
“bajar” después con la caridad fraterna.
En su catequesis de la audiencia
general del 19 de marzo, dedicada a San José, el Papa recordó la responsabilidad de
los padres en la educación de sus hijos en la fe
Pero ¡cuántos papás! ¡Felicidades,
felicidades en su día! Pido para ustedes la gracia de estar siempre muy cerca de
sus hijos, dejándolos crecer, pero de estar muy cercanos, ¿eh? Ellos tienen necesidad
de ustedes, de su presencia, de su cercanía, de su amor. Sean para ellos como San
José: custodios de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia.
Con estas palabras
el Papa concluyó su catequesis de la audiencia general del 19 de marzo en la Plaza
de San Pedro, ante más de cincuenta mil fieles de numerosos países. En el día de la
fiesta de San José, Francisco dedicó su catequesis al esposo de María, modelo del
educador, que custodia y acompaña a Jesús en su camino de crecimiento “en sabiduría,
edad y gracia”. Partiendo de la edad, el Pontífice recordó que José educó a Jesús,
preocupándose de que no le faltara lo necesario para un sano desarrollo, y también
enseñándole su trabajo. Después lo educó en la sabiduría, a escuchar las Sagradas
Escrituras, acompañándolo a la sinagoga. Y, en fin, en la gracia, pero que en Jesús
ya estaba presente. “Pero sería un grave error – explicó – pensar que un padre y
una madre no pueden hacer nada para educar a sus hijos a crecer en la gracia de Dios”.
Producción
de María Fernanda Bernasconi. (hispano@vatiradio.va)
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