(RV).-(Audio): Resuenan hoy palabras
que esconden un misterio, porque dicen que “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto
para ser tentado por el diablo”. Un sinónimo de tentación es “probado”. Jesús fue
probado por el espíritu del mal en el desierto. De cualquier manera ese evangelio
según san Mateo capítulo 4, versículos del 1 al 11, leído en todas las iglesias el
domingo 1ro de Cuaresma, que afirma que Jesús fue llevado “por el Espíritu” al desierto
para ser tentado por el Diablo, concluye con Jesús vencedor de la prueba. Y Jesús
vence echando mano de la Palabra de Dios. Él –que es la Palabra de Dios definitiva-
es el que nos defiende y libera del mal, pero no con una magia sino con su propia
vida porque él mismo fue probado, tentado y venció.
No hay búsqueda de Dios,
ni seguimiento de Jesús sin oración, como sucede con Jesús en el desierto. Y no hay
oración real sino hay lucha. Esa lucha espiritual que se produce interiormente en
personas que buscan la inspiración de Dios, El secretario personal de 3 papas, Mons.
Xuereb afirma que Francisco “es un hombre profundamente espiritual que busca la inspiración
de Dios”. Con los ejercicios espirituales anuales Francisco encabeza esta oración,
esta lucha espiritual acompañando a Jesús en la Cuaresma.
Con Satanás no se
dialoga porque es muy astuto –enseña Francisco- la única respuesta eficaz es la Palabra
de Dios. “Noten bien cómo responde Jesús. Como es tan astuto Satanás, Jesús en vez
de dialogar elige refugiarse en la Palabra de Dios y responde con la fuerza de esta
Palabra”. Recordemos esto en el momento de las tentaciones, de nuestras tentaciones,
ninguna discusión con Satanás, pero siempre defendidos con la Palabra de Dios. Y esto
nos salvará.