2014-03-06 19:22:44

En el Espíritu de Aparecida


P. Antonio Grande

(RV).- (Audio) RealAudioMP3 El padre Antonio Grande, de la diócesis de Rafaela, en la Argentina, que actualmente realiza el servicio de rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, nos sigue hablando de la nueva Evangelización.


La fuerza evangelizadora de la piedad popular


El don del Bautismo hace que el cristiano participe de la vida del Señor Jesús en su Iglesia. Ella es la comunidad creyente reunida en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo con la misión de anunciar esta Buena Noticia renovadamente a los hombres, los pueblos y sus culturas.
La acción evangelizadora de la Iglesia hace presente esta novedad y acompaña a los bautizados en el ejercicio de su responsabilidad dentro del Pueblo de Dios y en la vida del pueblo civil al que pertenece.
Cuando un pueblo en una parte mayoritaria de sus integrantes es tocado por el Evangelio se dice que posee una religiosidad popular animada por la fe católica. La Iglesia reconoce su propia fisonomía y le propone la vida en Cristo como fuerza transformadora que eleva, purifica y potencia de modo creativo toda su vida. En 1979, el Episcopado Latinoamericano en el número 450 del Documento de Puebla afirmó:

“La religiosidad popular no solamente es objeto de evangelización sino que, en cuanto contiene encarnada la Palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo”.

La Iglesia en Latinoamérica y el Caribe, siguió viviendo y reflexionando esta experiencia hermosa y exigente en su discernimiento, enseñanza y práctica pastoral. En su caminar no faltaron incomprensiones, contradicciones y maduraciones en el sufrimiento. En 2007, el Documento de Aparecida, en el número 264, reafirmó el valor de la piedad o religiosidad popular como expresión de la fe vivida por muchos hijos de la Iglesia y reconoció su dimensión misionera.

“La piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros, donde se recogen las más hondas vibraciones de la América profunda… En el ambiente de secularización que viven nuestros pueblos, sigue siendo una poderosa confesión del Dios vivo que actúa en la historia y un canal de transmisión de la fe”.

El Papa Francisco volvió a convocar a todos los bautizados a una nueva evangelización en la que el Pueblo de Dios ponga en juego todas las gracias que recibe y actúe la responsabilidad misionera que le encomendó su Fundador. Usando palabras de Aparecida, anima a todos a ser discípulos misioneros con alegría en la experiencia que la Iglesia viene desarrollando en el caminar de cada país y continente. Enseña en el número 122 de La alegría del Evangelio:

“Cuando en un pueblo se ha inculturado el Evangelio, en su proceso de transmisión cultural también transmite la fe de maneras siempre nuevas; de aquí la importancia de la evangelización entendida como inculturación. Cada porción del Pueblo de Dios, al traducir en su vida el don de Dios según su genio propio, da testimonio de la fe recibida y la enriquece con nuevas expresiones que son elocuentes. Puede decirse que «el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo».). Aquí toma importancia la piedad popular, verdadera expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de Dios. Se trata de una realidad en permanente desarrollo, donde el Espíritu Santo es el agente principal”.

Pidamos al Espíritu responder a la convocatoria papal ¡con un corazón disponible, generoso y creativo!










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