2014-03-03 12:12:16

Dóciles a la acción del Espíritu Santo


Especial la Voz del Papa

(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 El Papa Francisco creó el pasado 22 de febrero a 19 nuevos cardenales procedentes de 12 naciones. “La Iglesia tiene necesidad de ustedes, de su colaboración y, por encima de todo, de su comunión, conmigo y entre ustedes. La Iglesia necesita su valor para anunciar el Evangelio en toda ocasión, oportuna e inoportunamente, y para dar testimonio de la verdad”.

Lo dijo el Papa en la homilía de la solemne ceremonia de creación de 19 nuevos cardenales. Rito que culminó con la imposición de la birreta y la asignación de los títulos de las iglesias de Roma, como significado de la unión con el Obispo de Roma.

El Papa reiteró la cercanía espiritual con las comunidades eclesiales y con todos los cristianos que sufren discriminaciones y persecución. La Iglesia necesita que recemos por ellos, para que sean fuertes en la fe y sepan reaccionar con el bien ante el mal. Y esta oración nuestra se extiende a todos los hombres y mujeres que padecen injusticia a causa de sus convicciones religiosas. La Iglesia también necesita de nosotros para que seamos hombres de paz y construyamos la paz con nuestras obras, nuestros deseos, nuestras oraciones: ¡hacer la paz! ¡Artesanos de la paz! por ello imploramos la paz y la reconciliación para los pueblos que en estos tiempos sufren la prueba de la violencia, de la exclusión y de la guerra. También asistió a la ceremonia el Papa Emérito Benedicto XVI.

El pasado 23 de febrero el Papa celebró en la Basílica Vaticana la Santa Misa con los nuevos Cardenales a quienes invitó a ser dóciles a la acción del Espíritu Santo

“El cardenal, especialmente a ustedes se los digo, entra en la Iglesia de Roma, no en una corte. Evitemos todos y ayudémonos unos a otros a evitar hábitos y comportamientos cortesanos: intrigas, habladurías, camarillas, favoritismos, preferencias. Es la exhortación que el Papa dirigió a los nuevos Cardenales, creados en el Consistorio que tuvo lugar en la fiesta de la Cátedra de San Pedro Apóstol. Palabras sencillas que trazan un itinerario bien definido. En efecto, a quien quiere seguirlo, “Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacíos de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo”.

A los nuevos Purpurados presentes – 18, dada la ausencia del Cardeal Loris Capovilla – y a todos los cristianos, el Pontífice recordó con fuerza que “un corazón vacío de amor es como una iglesia desconsagrada”. Ante las dificultades de la vida, por tanto, el camino de la santidad puede recorrerse sólo siguiendo la obra del Espíritu Santo, que “sostiene siempre la esperanza del Pueblo de Dios en camino en la historia”. “Jesús no ha venido para enseñarnos los buenos modales, las formas de cortesía”. En efecto, prosiguió, para esto no era necesario que Jesús bajara del cielo y muriera en la cruz. “Cristo vino para salvarnos, para mostrarnos el camino, el único camino para salir de las arenas movedizas del pecado, y este camino es la misericordia. Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo”.

A la hora del Ángelus dominical del pasado 23 de febrero el Pontífice subrayó la importancia de la unidad de la Iglesia e invitó a todos, especialmente a los nuevos Cardenales, a mostrar “la ternura y el amor del Señor”.
“Todos juntos, Obispos, presbíteros, personas consagradas y fieles laicos debemos ofrecer el testimonio de una Iglesia fiel a Cristo, animada por el deseo de servir a los hermanos y dispuesta a salir al encuentro con coraje profético de las expectativas y exigencias espirituales de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo”. Lo dijo el Papa a la hora del Ángelus dominical del 23 de febrero. Tras haber celebrado la Misa en la Basílica Vaticana, Francisco volvió a hablar del clima de fiesta por la creación de diecinueve nuevos Cardenales, “una ocasión preciosa para experimentar la catolicidad de la Iglesia, bien representada por la variegada procedencia de los miembros del Colegio Cardenalicio, reunidos en estrecha comunión en torno al Sucesor de Pedro”. Invitando a todos a dar testimonio, todos los días, de la ternura y del amor del Señor, el Pontífice destacó la importancia de la unidad de la Esposa de Cristo. En efecto, por el Bautismo “tenemos la misma dignidad: todos, en Jesucristo, somos hijos de Dios”.
De este modo, “quienes han recibido un ministerio de guía, de predicación, de administrar los Sacramentos – concluyó – no deben considerarse propietarios de poderes especiales, sino ponerse al servicio de la comunidad, ayudándola a recorrer con alegría el camino de la santidad”.

Producción de María Fernanda Bernasconi (ispano@vatiradio.va).

El programa especial “La voz del Papa", se transmite los lunes a las 15,00 UTC.

3 de marzo







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