¿De qué hablamos cuando hablamos de Cultura Digital? P. Antonio Spadaro en el Congreso
Mundial de Signis
(RV).- (Con audio) “Cuando hablamos de cultura digital hablamos del impacto que tiene
Internet en nuestra vida diaria y en nuestro modo de pensar y de vivir. La vida misma
es una red de relaciones y es necesario darnos cuenta de que Internet es una realidad
de nuestros tiempos”.
Internet es una realidad que forma parte de la vida
de muchas personas: ya no podemos ignorarla y volver a la “edad de la inocencia”,
señaló.
Hoy la red es un lugar donde vivir, en donde encontrarnos con amigos
que viven lejos, en donde podemos comprar un libro, etc. Por lo tanto es un lugar
“poblado” y su alcance se caracteriza en términos antropológicos. Es un nuevo contexto
existencial.
En la tarde del martes, el P. Antonio Spadaro, SJ, experto en
religión y medios digitales, autor de la obra Cyberteologia y editor-jefe de
la revista Jesuita La Civiltà Cattolica, habló de las dimensiones éticas y
espirituales de la cultura digital emergente, a los participantes del Congreso Mundial
de SIGNIS.
A la luz del Magisterio del Papa Emérito Benedicto XVI y del Santo
Padre Francisco, P. Antonio Spadaro, intentó hacer comprender el valor espiritual
y profundo de la cultura digital emergente.
Ya en el lejano 1964 Pablo VI
expresó que “el cerebro mecánico viene en ayuda del cerebro espiritual”, imaginando
el futuro esfuerzo de infundir en instrumentos mecánicos el reflejo de funciones espirituales.
Sorprendente – subrayó p. Spadaro –“lo dijo en 1964 cuando un ordenador como mi tableta
o mi teléfono celular era casi tan grande como esta sala”.
Citando también
el mensaje del Papa Emérito Benedicto XVI, en la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones
Sociales, “Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación
deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera.
Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad
y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano”, reflexionó
que el Cyberespacio podría representar, reflejar, un deseo aún más profundo
de lo infinito, de lo divino: “El ambiente digital es un buen lugar para buscar y
encontrar a Dios”, expresó. Y en este sentido, señaló que es importante en esta búsqueda
que ahora comienza “online”, “elaborar bien las preguntas”, porque “nunca nos faltan
preguntas pero están mediadas por las respuestas existentes” por lo tanto “discernir
la pregunta” es fundamental.
El mundo está en cierto modo sumergido en la
“interactividad”, dijo, cuando a la vez, esto es sinónimo de “superficialidad”. ¿Estamos
condenados a la superficialidad? ¿Es posible fundir la “interioridad” en la “interactividad”?
San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales pide al lector que, al contemplar
a Jesús, vea, imagine, el camino de Jesús de Nazaret, también a María, a José. Nos
pide que entremos en esa imagen y estemos al lado de las personas presentes en el
Evangelio. Esta es una realidad virtual. San Ignacio invita a quien emprenda los ejercicios
espirituales a sumergirse en la biblia, volviendo a vivir, paso a paso, “interiorizando”
e “interactuando”, con los personajes.
Porque en nuestros días la Red
ya no es una opción, sino que forma parte de un momento importante en la historia
de la humanidad, la cultura emergente a su vez, es una cultura que va evangelizada,
destacó p. Antonio Spadaro. Y en este Cyberespacio es importante fundir la
interioridad con la interacción, para discernir las verdaderas preguntas a las respuestas
que continuamente se dan, recomendó.
“Los medios de comunicación pueden
ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un
renovado sentido de unidad de la humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso
serio por una más digna para todos”. (Papa Francisco, Mensaje para la 48 º
Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales) Su ponencia fue seguida de
una enriquecedora charla, entre los ponentes que prosiguieron, la Dra. Leticia Soberón,
Vice-Directora de la Universitas Albertiana (Barcelona) y Cofundadora y CCO del www.dontknow.net,
la Prof. Gianna Cappello, Medios Digitales y Sociología de la Educación de la Universidad
de Palermo y Presidente de la MED (la Asociación Italiana de Educación para la Comunicación),
Mons. Paul Tighe, Secretario del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales,
y los participantes al Congreso.
Al finalizar, respondió ante los micrófonos
de Radio Vaticana
P. Spadaro,
¿Piensa que el estilo de Papa Francisco ayuda al desafío de la comunicación en esta
cultura emergente en el mundo digital?
-Sí, pienso que Papa Francisco ha
comprendido plenamente el desafío de la comunicación de hoy, pero lo ha comprendido
con un estilo de normalidad, esto es, no se propone una estrategia comunicativa, es
lo que es, es absolutamente normal.
La costumbre de vivir con la gente
lo lleva a ser muy atento a su interlocutor y también a la dinámica de la comunicación
que vive. Ciertamente el Papa es muy interactivo, hace partícipe en primera persona
a la persona a la cual dirige un mensaje. En este sentido todos se sienten en algún
modo protagonistas. Es uno de los modos en los cuales comunica el Evangelio en un
modo más eficaz.
Radio Vaticana ha ido al paso con el tiempo, y ahora está
presente en las plataformas multimediales. ¿En qué modo piensa que podríamos enriquecer
aún más el diálogo con las personas?
- Todos los medios clásicos, tradicionales,
como la radio, la televisión, etc., tienen un sentido hoy, si están abiertos a las
dinámicas interactivas, esto es, si tienen una presencia en red y permiten interactuar,
comentar y confrontarse sobre los propios contenidos. Por lo tanto seguramente la
línea a seguir es ésta, pero diría que no sólo para la Radio, sino incluso también
para todos los medios tradicionales.
Radio Vaticana de modo particular,
siendo una Radio internacional y teniendo una relación muy privilegiada con sus oyentes
que están involucrados profundamente en el mensaje que la Radio comunica, tiene un
desafío aún mayor en este sentido, por lo tanto hacer en algún modo a la propia audiencia
no sólo usuarios de un servicio, sino personas que participan activamente al comentario,
e incluso, tal vez, a la construcción de los programas, éste es un desafío interesante.