Nuevas Missio ad gentes del Camino Neocatecumenal enviadas por el Papa

(RV).- (Con audio) El 14 de febrero, día en el que la Iglesia festeja a los santos hermanos Cirilo y Metodio, el Papa Francisco recibió en la Casa de Santa Marta al equipo responsable del Camino Neocatecumenal, compuesto por Kiko Argüello, Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi y procedió a “enviar en misión” a los presbíteros responsables de las veintiocho Missio ad gentes de Europa y de los Estados Unidos, Francia, Suiza, Austria, Dinamarca, Finlandia, Letonia, Kosovo, Holanda, Ucrania, Bulgaria, Hungría y Filadelfia.

Este encuentro siguió a la audiencia concedida al Camino Neocatecumenal del pasado 1° de febrero, cuando el Papa había “enviado” doce Missio ad gentes para China, India, Vietnam y Mongolia.

Tal como explicó Kiko Argüello a nuestro colega Roberto Piermarini, Francisco dirigió una palabra a cada uno de ellos y les hizo un signo sobre su frente; después les dijo: “¡Coraje, vaya adelante, yo estoy con ustedes! Estoy muy contento”. Después se tomaron una fotografía ante el cuadro de la Virgen y se pusieron todos de rodillas. El Papa Francisco los bendijo a todos y los animó a ir adelante, con mucha alegría.

Ante la pregunta de cómo trabajan estas Missio ad gentes, Kiko Argüello explicó que son algo maravilloso. Están compuestas por cuatro familias, guiadas por un presbítero, que van a vivir en zonas donde no está presente la Iglesia, en medio de personas fuertemente secularizadas que se sorprenden mucho por el amor de estas familias con tantos hijos, y de la relación sobrenatural que existe entre ellas y el Espíritu Santo, lo que sorprende al mundo. Porque el Señor dijo: “Ámense: de este modo se reconocerán como mis discípulos, y si serán perfectamente uno, el mundo creerá”.

He aquí, prosiguió explicando Kiko Argüello, lo que es la misión ad gentes y, en el fondo, está la invitación de Nuestro Señor durante la Última Cena, que llamamos el Testamento de Nuestro Señor Jesucristo, cuando antes de padecer en la cruz, dijo: “Padre, yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente Uno y el mundo crea que Tú me has enviado”.

“Entonces, añadió Kiko Argüello, para que el mundo crea que el Padre ha enviado a su Hijo a salvar al mundo, hay necesidad de que aparezca la relación de la Santísima Trinidad, la perfecta Unidad. Y para llegar a una perfecta Unidad es necesario pasar por la iniciación cristiana, es necesario el Bautismo. Y en la medida en que nosotros adherimos al Bautismo, el pecado de la carne – como dice San Pablo – va perdiendo fuerza y entones la gente deja de fornicar, deja de mentir, deja de ser ávida de dinero y comienza a ser libre, para ofrecerse a Jesucristo y a la Iglesia por la nueva evangelización”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).