Jesús ha venido al mundo con una misión precisa: liberarlo del pecado, cargándose
las culpas de la humanidad, el Papa durante el Ángelus
(RV).- (Audio) ¿Qué cosa significa
para la Iglesia, para nosotros, hoy, ser discípulos de Jesús Cordero de Dios? Significa
poner en el lugar de la malicia la inocencia, en el lugar de la fuerza el amor, en
el lugar de la soberbia la humildad, en el lugar del prestigio el servicio, lo precisó
el Papa Francisco este mediodía durante el rezo del Ángelus, ante los miles de fieles
y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. El Obispo de Roma recordó que con
la fiesta del Bautismo del Señor del pasado domingo, hemos entrado en el tiempo litúrgico
ordinario. En este segundo domingo, el Evangelio nos presenta la escena del encuentro
entre Jesús y Juan el Bautista. El Bautista- dijo el Papa- ve a Jesús que avanza
entre la multitud y reconoce en Él al enviado de Dios, "por esto lo indica con estas
palabras: '¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!' (Jn 1,29)".
El Pontífice resaltó que Jesús ha venido al mundo con una misión precisa: liberarlo
de la esclavitud del pecado, cargándose las culpas de la humanidad. ¿De qué manera?
Amando. "No hay otro modo de vencer el mal y el pecado que con el amor que empuja
al don de la propia vida por los demás", subrayó. Palabras del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Con la fiesta del Bautismo
del Señor, celebrada el pasado domingo, hemos entrado en el tiempo litúrgico llamado
“ordinario”. En este segundo domingo, el Evangelio nos presenta la escena del encuentro
entre Jesús y Juan el Bautista, cerca del rio Jordán. Quien la describe es el testigo
ocular, Juan Evangelista, que antes de ser discípulo de Jesús era discípulo del Bautista,
junto con el hermano Santiago, con Simón y Andrés, todos de Galilea, todos pescadores.
El Bautista ve a Jesús que avanza entre la multitud e, inspirado del alto, reconoce
en Él al enviado de Dios, por esto lo indica con estas palabras: «¡Este es el Cordero
de Dios, que quita el pecado del mundo! » (Jn 1,29). El verbo que viene traducido
con “quitar”, significa literalmente “levantar”, “tomar sobre sí”. Jesús ha venido
al mundo con una misión precisa: liberarlo de la esclavitud del pecado, cargándose
las culpas de la humanidad. ¿De qué manera? Amando. No hay otro modo de vencer el
mal y el pecado que con el amor que empuja al don de la propia vida por los demás.
En el testimonio de Juan el Bautista, Jesús tiene las características del Siervo del
Señor, que «soportó nuestros sufrimientos, y aguantó nuestros dolores» (Is 53,4),
hasta morir sobre la cruz. Él es el verdadero cordero pascual, que se sumerge en el
rio de nuestro pecado, para purificarnos. El Bautista ve ante sí a un hombre que
se pone en fila con los pecadores para hacerse bautizar, si bien no teniendo necesidad.
Un hombre que Dios ha enviado al mundo como cordero inmolado. En el Nuevo Testamento
la palabra “cordero” se repite varias veces y siempre en referencia a Jesús. Esta
imagen del cordero podría sorprender; de hecho, es un animal que no se caracteriza
ciertamente por su fuerza y robustez y se carga un peso tan oprimente. La enorme masa
del mal viene quitada y llevada por una creatura débil y frágil, símbolo de obediencia,
docilidad y de amor indefenso, que llega hasta el sacrificio de sí misma. El cordero
no es dominador, sino dócil; no es agresivo, sino pacifico; no muestra las garras
o los dientes frente a cualquier ataque, sino soporta y es remisivo. ¿Qué cosa
significa para la Iglesia, para nosotros, hoy, ser discípulos de Jesús Cordero de
Dios? Significa poner en el lugar de la malicia la inocencia, en el lugar de la fuerza
el amor, en el lugar de la soberbia la humildad, en el lugar del prestigio el servicio.
Ser discípulos del Cordero significa no vivir como una “ciudadela asediada”, sino
como una ciudad colocada sobre el monte, abierta, acogedora y solidaria. Quiere decir
no asumir actitudes de cerrazón, sino proponer el Evangelio a todos, testimoniando
con nuestra vida que seguir a Jesús nos hace más libres y más alegres. (Traducción
del italiano: Raúl Cabrera -Radio Vaticano)
Alocución y saludos
del Papa tras el rezo mariano del Ángelus
(audio)Después del rezo del
Ángelus, el Santo Padre saludó a los fieles presentes en la plaza de san Pedro y recordó
que "hoy celebramos la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, con el tema 'Los
migrantes y los refugiados: hacia un mundo mejor'", tema que el Pontífice desarrolló
ya en un mensaje publicado anteriormente.
“Dirijo un saludo especial a
los representantes de las diversas comunidades étnicas aquí reunidas, en particular
a las comunidades católicas en Roma. Queridos amigos, ustedes están cerca del corazón
de la Iglesia, porque la Iglesia es un pueblo en camino hacia el Reino de Dios, que
Jesucristo trajo en medio de nosotros. ¡No pierdan la esperanza de un mundo mejor!
Les deseo que vivan en paz en los países que les acogen, custodiando los valores de
sus culturas de origen. Quisiera agradecer a los que trabajan con los migrantes,
acogiéndolos, acompañándoles en sus momentos difíciles, defendiéndolos de aquellos
que el beato Scalabrini definía: ¡“mercaderes de carne humana”! que quieren esclavizar
a los migrantes. De manera particular quiero agradecer a la Congregación
de los misioneros de san Carlo, a los padres y religiosas scalabrinianos, que tanto
bien hacen a la Iglesia y se “hacen migrantes entre los migrantes”. En
este momento pensemos en los muchos migrantes: ¡tantos migrantes y refugiados, en
sus sufrimientos, en su vida a menudo sin trabajo, sin documentos…tanto dolor! Recemos
todos juntos por los migrantes y refugiados que viven situaciones muy graves y difíciles".
Francisco, finalmente, saludó con afecto a todos los queridos fieles de
diferentes parroquias de Italia y de otros países, así como a las asociaciones y grupos
diversos llegados a Roma para ver y oír al Papa. En particular, saludó a los peregrinos
españoles de Pontevedra, La Coruña , Murcia y estudiantes de Badajoz. A los ex alumnos
de la Obra de Don Orione, a la Asociación de Laicos Amor Misericordioso y a la Coral
"San Francisco" de Montelupone. Les deseo a todos un buen domingo y un buen almuerzo.
¡Hasta la próxima! (ER RV)