El Papa en la Parroquia romana del Sagrado Corazón de Jesús al lado de los más pobres:
entrevista con el párroco
(RV).- (Audio) La tarde del domingo,
el Papa, como Obispo de Roma, realizó una visita pastoral a la Parroquia romana del
Sagrado Corazón de Jesús, en Castro Pretorio. Una parroquia, que a pesar de contar
con pocos fieles, es muy activa y es vivo también el compromiso de los jóvenes. Como
nos lo cuenta el párroco don Valerio Baresi.
- Estamos en el centro de la
ciudad de Roma, justo al lado de la estación Termini. Esto implica, por un lado, la
presencia de muchas personas en tránsito y, además es una realidad que se ha transformado
en los últimos años. Hace unos cuarenta años, en el barrio habitaban unas 15 mil personas,
mientras ahora la parroquia tiene poco más de dos mil habitantes. Prácticamente todo
se ha convertido en hoteles, servicios de alojamiento, restaurantes, de recepción,
lugares para el turismo, oficinas... Y como estamos en el centro de la ciudad, nos
encontramos con una realidad degradada, con muchas personas que -ya sea porque son
migrantes, o porque son personas sin hogar- buscan en la zona de la estación un cobijo
para ir "viviendo". Por lo tanto, no podemos hacer caso omiso de ellos e ignorarlos,
tratamos de atender este tipo de pobreza.
¿Y en esa actividad de atención parroquial,
qué papel juegan los jóvenes?
- Existe un gran compromiso para con los refugiados.
En un año, en la parroquia del Sagrado Corazón, podemos llegar a más de 300 refugiados
en diferentes actividades: enseñándoles la lengua italiana; dándoles la oportunidad
para sacarse un título de escuela media; o el carnet de conducir; tenemos también
una oficina de información; damos un pequeño curso de informática para que puedan
utilizar el ordenador para hacerse un curriculum, o para navegar en Internet. También
les damos una atención de agregación lúdica, a través de cine forum, excursiones y
veladas festivas que compartimos juntos con ellos. El objetivo es reunir a los jóvenes
italianos, con los jóvenes refugiados, porque nos hemos dado cuenta de que hay una
ayuda mutua, una recíproca enseñanza. Otra actividad la dedicamos a los amigos sin
hogar: acogiéndolos en nuestra casa todos los jueves en la llamada "Plaza Grande"
una actividad de hermandad en la que se juega, se cantar y se reza juntos -luego en
torno a las 19.30 cenamos todos juntos. Mientras, el viernes un grupo numeroso de
jóvenes y adultos - son unos cuarenta - llevan bolsas "con la cena preparada" a la
Estación de Termini. Empezamos hace un año con 120 bolsas, ahora distribuimos cerca
de 330 bolsas cada viernes.
¿Qué significa para ustedes la visita del Papa
Francisco?
Nosotros los vemos como un gran regalo, un gran don del Señor. Lo
sentimos como una confirmación de que la actitud asumida por nosotros en los últimos
años -de atender a los jóvenes, a los pobres, a los refugiados- es el camino correcto.
Y sentimos la presencia del Papa como un estímulo, porque sin duda en lo que hacemos,
también hay un gran esfuerzo. (ER RV) (La entrevista es de la sección italiana)