Avanzar con renovada fraternidad y amistad en el diálogo, la colaboración y el ecumenismo,
alienta el Papa
(RV).- (se actualizó con video) (con audio) En su cordial bienvenida,
recordando con alegría el medio siglo de vida del Comité católico para la colaboración
cultural con las Iglesias ortodoxas y las Iglesias ortodoxas orientales, Francisco
aseguró a los becarios que el Obispo de Roma los quiere mucho. El Papa evocó el importante
momento histórico en que Pablo VI instituyó este Comité y, renovando el anhelo de
impulsar el diálogo entre las Iglesias de hoy y de mañana, agradeció a los benefactores.
El Concilio Vaticano II aún no había concluido cuando Pablo VI instituyó el
Comité católico para la colaboración cultural. El camino de la reconciliación y de
renovada fraternidad entre las Iglesias, admirablemente marcados por el primer histórico
encuentro entre el Papa Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras, requería también
experiencias de amistad y compartir, que nacieran del conocimiento recíproco entre
los miembros de las diferentes Iglesias y especialmente entre los jóvenes, encaminados
al ministerio sagrado. Así nació, por iniciativa de la Sección Oriental de lo que
era entonces el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, este
Comité. El mismo, entonces como ahora, con la ayuda de generosos benefactores, distribuye
becas a clérigos y laicos, de las Iglesias ortodoxas y las Iglesias ortodoxas orientales,
que deseen completar sus estudios de teología en las instituciones académicas de la
Iglesia Católica, y sostiene también otros proyectos de colaboración ecuménica.
Tras
alentar, agradecer y bendecir de todo corazón a los benefactores y al Consejo de
Gestión, el Papa dirigió un saludo especial a los estudiantes:
Un saludo especial
a ustedes, queridos estudiantes, que están completando sus estudios teológicos en
Roma. Su estancia entre nosotros es importante para el diálogo entre las Iglesias
de hoy y sobre todo de mañana. Agradeciendo a Dios por esta gran oportunidad de conocerlos,
les dijo que el Obispo de Roma los quiere mucho y les deseó que vivan una experiencia
gozosa de la Iglesia y de la ciudad de Roma, enriquecedora desde el perfil espiritual
y cultural, deseando que no se sientan huéspedes, sino hermanos entre hermanos. Con
la seguridad de que con su presencia son una riqueza para la comunidad de estudio
que los acoge.
Asegurando a estos queridos hermanos y hermanas, su recuerdo
en la oración, el Sucesor de Pedro les pidió que ellos también recen por él y su ministerio
y concluyó su saludo rogando la bendición del Señor y el amparo de María.