"¡Buen camino hacia Belén!", el Papa celebra las Primeras Vísperas del Primer Domingo
de Adviento con los universitarios de su diócesis
(RV).- (Con audio) Esta tarde en la Basílica
de San Pedro se renovó la tradicional cita de Adviento con los alumnos de las Universidades
de Roma, a los que se unieron los Rectores y Profesores de los Ateneos romanos e italianos.
Y el Papa Francisco saludó a todos cordialmente, comenzando por el Cardenal Vicario,
los Obispos, las Autoridades académicas e institucionales, los Asistentes de las Capellanías,
los Grupos universitarios, y, de modo especial, a los queridos universitarios y universitarias.
Dirigiéndose
precisamente a los alumnos, el Papa les dijo que son diversos los desafíos que están
llamados a afrontar con fortaleza interior y audacia evangélica. A la vez que destacó
que el contexto socio-cultural en el que están inseridos, a veces está recargado
de mediocridad y aburrimiento. Por esta razón el Obispo de Roma exclamó: “¡No hay
que resignarse a la monotonía del vivir cotidiano, sino cultivar proyectos de amplio
respiro, ir más allá de lo ordinario: ¡no se dejen robar el entusiasmo juvenil!”.
En
efecto, como explicó en su homilía, Francisco dijo que sería un error dejarse aprisionar
por el pensamiento débil y uniforme, como también por una globalización entendida
como homologación. Y para superar estos riesgos, agregó que el modelo a seguir no
es la esfera, sino el poliedro, que incluye una multiplicidad de elementos y respeta
la unidad en la variedad.
El Papa Francisco también les deseó que el empeño
de caminar en la fe y de comportarse de manera coherente con el Evangelio los acompañe
en este tiempo de Adviento, para vivir de modo auténtico la fiesta de la Navidad del
Señor. Y les dijo que podría servirles de ayuda el bello testimonio del beato Pier
Giorgio Frassati, quien decía: “Vivir sin fe, sin patrimonio que defender, sin sostener
una lucha por la verdad no es vivir, sino ir tirando… Nosotros no debemos nunca tirar
sino vivir”.
“¡Gracias – terminó diciendo el Santo Padre Padre – y buen camino
hacia Belén!”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
Texto completo
de la homilía del Papa
Se renueva hoy la tradicional cita de Adviento
con los alumnos de las Universidades de Roma, a los que se unen los Rectores y Profesores
de los Ateneos romanos e italianos. Saludo a todos cordialmente: al Cardenal Vicario,
a los Obispos, al Alcalde, a las Autoridades académicas e institucionales, a los Asistentes
de las Capellanías y de los Grupos universitarios. Los saludo en especial a ustedes,
queridos universitarios y universitarias.
El deseo que San Pablo dirige
a los cristianos de Tesalónica, para que Dios los santifique hasta la perfección,
demuestra por una parte su preocupación por su santidad y por otra una gran confianza
en la intervención del Señor. Esta preocupación del Apóstol vale también para nosotros,
cristianos de hoy. La plenitud de la vida cristiana que Dios cumple en los hombres,
en efecto, siempre está insidiada por la tentación de ceder al espíritu mundano. Por
ello Dios nos dona su ayuda, mediante la cual podemos preservar los dones del Espíritu
Santo, los dones que el Espíritu Santo nos ha dado, la vida nueva que nos da, todo
nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserva irreprensible, integérrimo. Pero
¿por qué Dios, después de darnos sus tesoros espirituales, debe intervenir aún para
mantenerlos íntegros? Y esta es una pregunta que debemos plantearnos. Porque somos
débiles, lo sabemos, nuestra naturaleza humana es frágil y los dones de Dios se conservan
en nosotros como en “recipientes de barro” (cfr. 2 Co 4, 7). Y es así la debilidad.
La
intervención de Dios en favor de nuestra perseverancia hasta el final, hasta el encuentro
definitivo con Jesús, es expresión de su fidelidad. Es como un diálogo, entre nuestra
debilidad y su fidelidad. Él es fuerte en su fidelidad. Y Pablo dirá que él, es fuerte
en su debilidad. ¿Porqué?, porque el diálogo con aquella fidelidad de Dios, la fidelidad
de Dios nunca decepciona. Él es fiel sobre todo a sí mismo, por lo tanto la obra que
ha iniciado en cada uno de nosotros, con su llamada, la conducirá a cumplimiento.
Esto nos da seguridad y gran confianza: una confianza que se apoya en Dios y solicita
nuestra colaboración activa y valiente, ante los desafíos del momento presente.
Ustedes
saben, queridos jóvenes universitarios, que no se puede vivir sin mirar, sin responder
a los desafíos. El que no mira los desafíos, el que no responde a los desafíos, no
vive. Su voluntad y sus capacidades, unidos al poder del Espíritu Santo que habita
en cada uno de ustedes desde el día de su Bautismo, les permiten ser no espectadores,
sino protagonistas de los hechos contemporáneos. Por favor no miren la vida desde
el balcón. Estén siempre donde están los desafíos. Los desafíos ayudan a llevar adelante
la vida, el desarrollo y la lucha en favor de la dignidad de las personas. La lucha
por los valores y tantas luchas que tenemos que afrontar cada día Son
diversos los desafíos que ustedes jóvenes universitarios están llamados a afrontar
con fortaleza interior y audacia evangélica. Fortaleza y audacia. El contexto socio-cultural
en el cual están insertados, a veces está recargado de mediocridad y aburrimiento.
¡No hay que resignarse a la monotonía del vivir cotidiano, sino cultivar proyectos
de amplio respiro, ir más allá de lo ordinario: ¡no se dejen robar el entusiasmo juvenil!
Sería un error también dejarse aprisionar por el pensamiento débil y uniforme, el
que homologa una globalización entendida como homologación. Para superar estos riesgos,
el modelo a seguir no es la esfera, el modelo que hay que seguir no es la esfera,
en la que se nivela cada relieve y desaparece cada diferencia; el modelo en cambio
es el poliedro, que incluye una multiplicidad de elementos y respeta la unidad en
la variedad. Al defender la unidad, defendemos también la diversidad. Por el contrario
esa unidad no sería humana, el pensamiento, de hecho, es fecundo cuando es expresión
de una mente abierta, que discierne, siempre iluminada por la verdad, por el bien
y por la belleza. Si no se dejarán condicionar por la opinión dominante, sino que
quedarán fieles a los principios éticos y religiosos cristianos, encontrarán la valentía
de ir también contracorriente. En el mundo globalizado, podrán contribuir a salvar
la peculiaridad y características propias, pero tratando de no bajar el nivel ético.
En efecto, la pluralidad de pensamiento y de individualidad refleja la multiforme
sabiduría de Dios cuando se apoya en la verdad con honestidad y rigor intelectual,
cuando se acerca a la pluralidad, a la belleza y cada uno pueda ser un don a beneficio
de todos. Que el empeño de caminar en la fe y de comportarse
en manera coherente con el Evangelio los acompañe en este tiempo de Adviento, para
vivir de modo auténtico la conmemoración de la Navidad del Señor. Les puede ayudar
el bello testimonio del beato Pier Giorgio Frassati, que decía, un universitario como
ustedes, decía: “Vivir sin fe, sin patrimonio que defender, sin sostener una lucha
por la verdad no es vivir, sino ir tirando… Nosotros no debemos nunca tirar sino vivir”.
(Carta a I. Bonini) 27.II.1925.
¡Gracias, y buen camino hacia Belén!
(Traducción
de Cecilia de Malak y Griselda Mutual)