"Como en el rugby, en la vida se debe correr juntos hacia la meta", el Papa a los
equipos de Argentina e Italia
(RV).- (Audio y video) “En el rugby se corre
hacia la meta. Palabra tan hermosa que nos hace pensar en la vida. Para llegar hay
que correr juntos”. Lo dijo el Santo Padre a los jugadores de rugby de los equipos
nacionales de Italia y Argentina a los que recibió la mañana del viernes en el Vaticano,
y que este sábado se enfrentan en un encuentro amistoso en Roma. Francisco habló del
rugby como un deporte simpático, “duro, con mucha confrontación física, pero sin violencia.
Hay una gran lealtad y un gran respeto. Jugar al rugby ¡no es un paseo! Y esto creo
que también es útil para templar el carácter, la fuerza de voluntad”. “En el rugby
-continuó- se corre hacia la meta. Esta palabra tan hermosa, tan importante, nos hace
pensar en la vida, porque toda nuestra vida nos lleva a una meta, y esta búsqueda
es laboriosa, requiere lucha, compromiso, pero lo importante no es correr solos. Para
llegar, hay que correr juntos, y el balón se pasa de mano en mano, y se avanza juntos,
hasta que se llega a la meta. ¡Y entonces lo celebramos!”. “Puede que mi interpretación
no sea muy técnica -aclaró- pero es la forma en la que un obispo ve el rugby. Y como
obispo les deseo que pongan en práctica todo esto fuera del campo, en sus vidas”.
Palabras del Papa a los jugadores de las Nacionales de Rugby de Argentina
e Italia:
Queridos amigos Buenos días, ¡Veo con alegría que
entre Italia y Argentina hay diversos encuentros deportivos! Esto es bueno, buena
señal, señal también de una gran tradición que continua entre estas dos Naciones.
Les agradezco haber venido a saludarme, con la ayuda del Señor Embajador, y también
por la iniciativa caritativa que han emprendido. El rugby es un deporte muy simpático,
y les digo por qué lo veo así: porque es un deporte duro, hay mucho desencuentro físico,
pero no hay violencia, hay gran lealtad, gran respeto. Jugar rugby es fatigoso, no
es un paseo, ¡no es un paseo! Y creo que esto sea útil también para templar el carácter,
la fuerza de voluntad. Otro aspecto que resalta es el equilibrio entre el grupo y
el individuo. Están las famosas “cargas”, que a veces ¡causan gran impresión! Los
dos equipos se enfrentan, dos grupos compactos, que en conjunto empujan uno contra
otro y se balancean. Y después están las acciones individuales, las carreras ágiles
hacia la “meta”. Precisamente, en el rugby ¡se corre hacia la “meta”! Esta palabra
tan bella, tan importante, nos hace pensar en la vida, porque toda nuestra vida tiende
a una meta; y esta búsqueda, búsqueda de la meta, es fatigosa, requiere lucha, empeño,
pero lo importante es ¡no correr solos! Para llegar es necesario correr juntos, y
el balón es pasado de mano en mano, y se avanza juntos, hasta que se llega a la meta.
¡Y entonces se festeja! Quizás esta interpretación mía no es muy técnica, pero ¡es
la manera en la que un obispo ve el rugby! Y como obispo les deseo poner en práctica
todo esto también fuera del campo, ponerlo en práctica en su vida. Rezo por ustedes,
les deseo lo mejor. Pero también ustedes recen por mí, para que también yo, con mis
colaboradores, hagamos un buen equipo y ¡lleguemos a la meta! ¡Gracias, y que el
de mañana sea un hermoso partido! Cada uno de nosotros tiene en el corazón muchas
cosas y necesita fuerza para llevarlas adelante. Así que vamos a ponernos un instante
en silencio y cada uno pida la bendición de Dios, antes que yo se la dé. ¡Gracias
por la visita de todo corazón y que tengan un buen partido, eh!