Caminar junto al hombre en el mundo digital: Encuentro de los obispos responsables
de Comunicación en Barcelona
(RV).- (audio) A la luz del decreto
conciliar “Inter mirifica”, que este año celebra el quincuagésimo de su publicación,
los obispos y delegados de las comunicaciones sociales de las Conferencias Episcopales
de Europa, durante tres días (del 8 al 10 de noviembre), se han confrontado sobre
la actual comunicación de la Iglesia en Europa con el tema “Evangelizar el alma de
Europa”.
Los participantes discutieron sobre los desafíos que hoy enfrenta
la actividad misionera de la Iglesia en el campo de la comunicación. Como evidenció
Padre Michel Remery, Vice Secretario General del de las Conferencias Episcopales de
Europa, “los cristianos están llamados de modo particular a comunicar bien, utilizando
todos los medios, y teniendo especial atención a la belleza”.
La ponencia principal
corrió a cargo de Mons. Claudio Maria Celli, presidente del Pontificio Consejo para
las Comunicaciones Sociales que recorrió la historia del Magisterio eclesial en relación
con la misión evangelizadora de la Iglesia a través de los medios de comunicación
social partiendo del decreto conciliar Inter mirifica. En una época cada vez más marcada
por la rápida mutación de las formas de comunicación, la Iglesia, en su misión evangelizadora,
tiene que confrontarse en particular con las nuevas tecnologías y con los más modernos
lenguajes comunicativos. La Iglesia no está llamada a evangelizar Internet, sino a
evangelizar a través de Internet. Se trata de anunciar el Evangelio con modalidades
comunicativas más modernas, respetuosas y eficaces.
Mons. José Ignacio Munilla,
Presidente de la Comisión CCEE, se centró en la comunicación del Papa Francisco, en
sus primeros ocho meses de su pontificado: se trata de un modo profundo y simple de
comunicar que va a lo esencial del mensaje cristiano. Cuando el Papa Francisco habla
del Evangelio, no habla de un contenido extraño a su vida: hablar de Algo en lo que
él cree. Al mismo tiempo, muchos han evidenciado la atención que dirige a cada persona.
Su mensaje no es para las masas, sino que toca el corazón de cada hombre. Por lo tanto,
el ejemplo del Papa Francisco fue una ocasión para reflexionar sobre las modalidades
del anuncio: comenzar por los métodos o más bien de la fe que el comunicador, obispo
o no, desea comunicar.