¡Gracias por su peregrinación y por su afecto al Sucesor de Pedro! Y ¡No olviden el
encuentro con el Señor!
(RV).- (con audio) El cardenal amenazó
con excomulgarme si no los recibía, dijo bromeando el Papa Francisco a un grupo de
peregrinos de la región italiana de Liguria, a los que recibió cordialmente este sábado
a las nueve de mañana. Aunque en un principio el encuentro estaba previsto para el
domingo y debido a un malentendido parecía que no iba a ser posible, como explicó
el mismo Papa. Unos mil peregrinos, cumplieron así su anhelo de encontrar al Obispo
de Roma, encabezados por el Cardenal Angelo Bagnasco, Arzobispo de Génova, y fueron
recibidos en un clima de simpatía y familiaridad por el Santo Padre, en el Aula de
las Bendiciones.
«¡Los saludo a todos! ¡Buenos días! ¿eh? ¿Todos contentos?
Es un gusto recibirlos. Este encuentro debía haber sido mañana, después de la Misa,
pero hobo un malentendido en la agenda y no iba a ser posible. Le dije a su Eminencia
que no podía ser. Él es una persona tranquila... no me dijo: ¡Qué pena, no nos encontraremos!.
Me escribió una carta de excomunión.... (risas...) ¡de verdad! Y me dijo: ‘¡Si mañana
no nos recibes, te excomulgo!’»
Saludándolos con cordialidad, Francisco
les agradeció por esta peregrinación y por el afecto que manifiestan al Sucesor de
Pedro. Cada uno de ustedes tiene algo en su corazón, les dijo también el Papa a estos
peregrinos, deseándoles que estos días en Roma los acerquen al Señor, que es bueno
y que los espera siempre: «¡nos espera a todos y nunca se cansa de esperarnos!».
Con estas palabras, el Santo Padre hizo hincapié en la importancia del encuentro
con el Señor, rezando siempre a la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra:
«Cuando
se realiza una peregrinación es para crecer en la fe y encontrar al Señor: es un encuentro
con el Señor. Un encuentro espiritual que nos ayuda a avanzar en el camino de la vida.
Así deben ser estos días de peregrinación: con la alegría de estar juntos en San Pedro,
la Misa... es todo bello. Pero no hay que olvidar nunca al Señor. Y con el Señor
a su Madre, que es también nuestra mamá, siempre la Virgen al lado del Señor ¿no?
Así debe ser también en la peregrinación. Se debe tocar al corazón del Señor por tantas
necesidades que tenemos. Por tal cosa, por esa otra... Aprovechen la ocasión, el Señor
escucha. Escucha siempre. Quizá encuentre otra solución y no la que nosotros le pedimos,
pero escucha siempre».
Renovándoles su agradecimiento por esta visita,
el Papa Francisco les deseó que pasen un lindo día, aunque siendo un poco nuboso puede
parecer algo tristón. Les pido que recen por mí, añadió, antes de rezar juntos un
Ave María y de su bendición. Terminando sus saludos, con un recuerdo especial para
los niños, los ancianos y los enfermos:
«Saluden de mi parte a los niños
de su tierra, a los ancianos y a los enfermos: un saludo especial para los tres: niños,
ancianos y enfermos, con todo mi corazón y mi bendición para todos. Les digo una vez
más ¡recen por mí! ¡Hasta pronto!»