Cercanía del Papa a la población italiana de Taranto por los problemas del trabajo,
la salud y el ambiente
(RV).- (Con audio) “Ambiente, salud y
trabajo, un camino posible para el bien común”. Con este título comenzó en la ciudad
italiana de Taranto un Congreso querido por la Arquidiócesis. Y precisamente a su
Obispo, Monseñor Filippo Santoro y a la Curia el Papa Francisco envió un mensaje
a través del Secretario de Estado Monseñor Pietro Parolin.
El Santo Padre
expresa el deseo de que la proficua reflexión, acompañada por elecciones concretas
hacia estilos de vida sostenibles y por un sistema económico que promueva la plena
realización de la persona, llegue al pleno reconocimiento de los derechos de cada
uno”.
Además, el Pontífice expresa su “'cordial cercanía a la querida población
de Taranto, asegurando su oración, a fin de que se llegue a la pronta solución de
la compleja situación actual”.
Al respecto recordamos que el pasado 22 de septiembre,
con ocasión de su visita pastoral a Cerdeña, el Papa Francisco llevó una palabra de
esperanza a los trabajadores, enfermos, pobres y detenidos, representantes del mundo
de la cultura y jóvenes, con el deseo de confirmarlos en la fe.
Hablando del
trabajo el Papa dijo:
“¡Nosotros no queremos este sistema económico globalizado,
que nos hace tanto mal! ¡En el centro debe estar el hombre y la mujer, como Dios quiere,
y no el dinero!”.
El Papa Francisco usó palabras fuertes en su primer
encuentro en Cagliari, que brotaron de su corazón tras haber escuchado el grito de
ayuda pedido por un desempleado de Cerdeña.
Entonces el Obispo de Roma dejó
de lado el discurso que había preparado para pedir al mundo del trabajo de una región
doblegada por la crisis que no se dejen robar la esperanza” que tal vez esté bajo
las cenizas, pero que debe ser alimentada con la solidaridad y la inteligencia.
Quien
idolatra al Dios dinero es astuto, y nosotros debemos tener la astucia de la serpiente
y la bondad de la paloma, decía el Papa en aquella ocasión, porque donde no hay trabajo
falta la dignidad.
Francisco manifestó su cercanía a quien sufre, recordando
el drama de su familia emigrante de Italia a Argentina y que perdió todo en la crisis
de los años treinta. Por esta razón el Papa pidió coraje, pero comprometiéndose a
hacer todo lo posible, como pastor y como hombre, para que ésta no sea sólo una “bella
palabra pasajera, de funcionario gentil de la Iglesia”.
Al final Francisco
dirigió una oración en la que pidió:
“Señor ayúdanos a ayudarnos entre
nosotros, que olvidemos un poco el egoísmo y sintamos en el corazón el nosotros, nosotros,
pueblo, que quiere ir adelante. Señor Jesús a ti no te faltó el trabajo; ¡danos trabajo
y enséñanos a luchar por el trabajo! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo”.