2013-10-17 15:53:15

En el Espíritu de Aparecida


P. Antonio Grande


(RV).- (Audio) RealAudioMP3 El padre Antonio Grande, de la diócesis de Rafaela, en la Argentina, que actualmente realiza el servicio de rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, nos sigue hablando de la nueva Evangelización.



El obispo, pastor del Pueblo de Dios en la Misión Continental



El obispo, en comunión con el episcopado y con el Santo Padre, es el primer animador pastoral en su diócesis. Los sacerdotes somos sus colaboradores, junto a los consagrados y los laicos. Nuestros obispos expresaron en Aparecida, con detenimiento y belleza la conciencia del don y de la responsabilidad recibidos del Señor y de la Iglesia. (cf. A 186-190). Han de ser testigos cercanos y gozosos de Jesucristo, Buen Pastor en medio de su pueblo (A 187; cf. Juan 10,1-18).

“Los obispos, como pastores y guías espirituales de las comunidades a nosotros encomendadas, estamos llamados a `hacer de la Iglesia una casa y escuela de comunión´. Como animadores de la comunión, tenemos la misión de acoger, discernir y animar carismas, ministerios y servicios en la Iglesia. Como padres y centro de la unidad, nos esforzamos por presentar al mundo un rostro de la Iglesia en la cual todos se sientan acogidos como en su propia casa. Para todo el Pueblo de Dios, en especial para los presbíteros, buscamos ser padres, amigos y hermanos, siempre abiertos al diálogo” (A 188).

El Papa Francisco, en Brasil, presentó su visión de cómo los obispos, en el horizonte propuesto por Aparecida, tienen que ejercer su misión evangelizadora.

Quien conduce la pastoral, la Misión Continental (sea programática como paradigmática), es el Obispo… Los Obispos han de ser Pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre; pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza, sea la pobreza interior como libertad ante el Señor, sea la pobreza exterior como simplicidad y austeridad de vida. … Hombres capaces de estar velando sobre el rebaño que les ha sido confiado y cuidando todo aquello que lo mantiene unido: vigilar sobre su pueblo con atención sobre los eventuales peligros que lo amenacen, pero sobre todo para cuidar la esperanza: que haya sol y luz en los corazones. Hombres capaces de sostener con amor y paciencia los pasos de Dios en su pueblo. Y el sitio del Obispo para estar con su pueblo es triple: o delante para indicar el camino, o en medio para mantenerlo unido y neutralizar los desbandes, o detrás para evitar que alguno se quede rezagado, pero también, y fundamentalmente, porque el rebaño mismo también tiene su olfato para encontrar nuevos caminos”.

Luego, incluyéndose él entre ellos, los anima a seguir realizando un discernimiento espiritual y pastoral que les permita asumir mejor el servicio que se les ha encomendado.

“No quisiera abundar en más detalles sobre la persona del Obispo, sino simplemente añadir, incluyéndome en esta afirmación, que estamos un poquito retrasados en lo que a Conversión Pastoral se refiere. Conviene que nos ayudemos un poco más a dar los pasos que el Señor quiere para nosotros en este “hoy” de América Latina y El Caribe. Y sería bueno comenzar por aquí”.

Expresemos nuestro afecto filial a nuestro obispo diocesano y al Santo Padre, recemos por sus intenciones, ofrezcamos nuestra entrega cotidiana como aporte a su gran responsabilidad para el crecimiento de la fe del Pueblo de Dios.









All the contents on this site are copyrighted ©.