El Papa agradece la fidelidad del cardenal Bertone y da la bienvenida al nuevo Secretario
de Estado Mons. Parolin ausente por intervención quirúrgica
(RV).- (Con video) Palabras del Papa en el acto de despedida del cardenal Tarcisio
Bertone y de toma de posesión del nuevo secretario de Estado Mons. Parolin, que no
ha podido estar presente en la ceremonia a causa de una pequeña intervención quirúrgica.
Queridos
amigos, buenos días.
Nos hemos reunido aquí para agradecer al cardenal Tarcisio
Bertone, quien hoy deja su cargo de Secretario de Estado, y para dar nuestra bienvenida
a Mons. Parolin. Pero será una bienvenida "in absentia", porque él tomará posesión
de su nuevo cargo algunas semanas más tarde a la fecha de hoy, debido a una pequeña
intervención quirúrgica a la que tuvo que someterse.
En este momento es un
sentimiento de gratitud el que me gustaría compartir con todos ustedes. Querido cardenal
Tarcisio, pienso interpretar también el pensamiento de mi amado predecesor, el Papa
Benedicto XVI presentándole mi más sincero agradecimiento por el trabajo realizado
en los últimos años. Veo en usted sobre todo al hijo de Don Bosco. Todos estamos marcamos
por nuestra historia. Pensando en su largo servicio a la Iglesia, tanto en la enseñanza,
como en el ministerio de Obispo diocesano y en el trabajo en la Curia, hasta el cargo
de Secretario de Estado, creo que su camino está constituido precisamente por la vocación
sacerdotal salesiana que lo marcó desde la tierna infancia, y que lo llevó a desarrollar
todos los encargos recibidos con profundo amor a la Iglesia, gran generosidad, y con
aquella típica mezcla salesiana que combina un sincero espíritu de obediencia y una
gran libertad de iniciativa y de personal invención.
Para todo salesiano, el
amor a la Iglesia se expresa en un amor muy especial hacia el Sucesor de Pedro. Sentirse
en el corazón de la Iglesia, precisamente porque se está con el Papa. Y porque se
está con el Papa, participar en la vastedad de la misión de toda la Iglesia y en el
alcance de su dinamismo evangelizador. Y aquí llego a la segunda cuestión que quiero
destacar: la actitud de lealtad incondicional y absoluta lealtad a Pedro, una característica
distintiva de su mandato como Secretario de Estado, tanto a Benedicto XVI como a mí
en estos últimos meses. Lo he podido advertir en muchas ocasiones y le estoy profundamente
agradecido por ello.
Por último, quiero darle las gracias por el coraje y la
paciencia con la que ha vivido las contrariedades que ha debido afrontar. Son muchas.
Entre los sueños contados por Don Bosco a sus jóvenes hay el de las rosas: ¿usted
seguramente lo recordará?
El Santo ve una pérgola llena de rosas y se encamina
a su interior, seguido por muchos discípulos. A medida que se adentran, sin embargo,
junto a las hermosas rosas que cubren toda la pérgola, sobresalen espinas penetrantes,
que les hieren y les causan un gran dolor. Quien mira desde afuera sólo ve las rosas,
mientras que Don Bosco y los discípulos que caminan por dentro sienten las espinas:
muchos se desaniman, pero la Virgen María les exhorta a todos a perseverar, hasta
que al final, el Santo logra entrar con sus discípulos en un hermoso jardín.
El
sueño quiere representar la ardua labor de los educadores, pero también puede ser
aplicado a cualquier ministerio de responsabilidad en la Iglesia. Querido cardenal
Bertone, en este momento me gusta pensar que, incluso si hubiera habido espinas, la
Virgen Auxiliadora ciertamente no le hizo faltar su ayuda, y tampoco la encontrará
a faltar en el futuro: esté seguro, ¿eh? Todos deseamos que Usted pueda seguir disfrutando
de los tesoros que han marcado su vocación: la presencia de Jesús en la Eucaristía;
la asistencia de la Virgen; y la amistad del Papa. Son los tres grandes amores de
Don Bosco.
Y con estos pensamientos digamos también – in absentia –
damos la más cordial bienvenida al nuevo Secretario Estado. El conoce muy bien a la
familia de la Secretaría de Estado, donde ha trabajado durante muchos años con pasión
y competencia y con aquella capacidad de diálogo y de trato humano que son una característica
suya. En cierto sentido, es como un regreso a "casa".
Quisiera terminar dando
las gracias a todos ustedes por el servicio que realizan diariamente, a menudo en
forma oculta y anónima; es precioso para mi ministerio. Les invito a todos ustedes
a orar por mí – lo necesito tanto - y me gustaría que estuvieran seguros de mis oraciones
y de mi amistad, de mi cercanía y mi gratitud por el trabajo que hacen. Sobre ustedes
y sobre vuestros seres queridos invoco la Bendición del Señor. Gracias. (ER- RV)
Carta
de despedida del Papa al cardenal Bertone
"Le ha
llegado el momento, querido hermano de "pasar el testigo " en el servicio a la Secretaría
de Estado . Por lo tanto, quiero unirme espiritualmente a Usted en la acción de gracias
a Dios por todo lo bueno que le ha permitido hacer en este papel tan delicado y difícil.
La memoria de Santa Teresa de Jesús, que celebramos en esta fecha, invita a fijar
la mirada en Dios : "Nada te turbe, - nos dice la grande santa de Ávila - nada te
espante , quien a Dios tiene nada le falta " . En esta ocasión siento la necesidad
de expresar mi profundo agradecimiento por la dedicación con que se ha prodigado en
los últimos siete años; y lo hago también en nombre del amado Papa Benedicto XVI,
que la llamó desde Génova, donde era arzobispo, para volver a Roma y confiarle el
cargo de Secretario de Estado suyo, el 15 de septiembre de 2006, y por lo tanto también
el de Camarlengo de la Santa Iglesia Romana. Siete años de intenso trabajo, vividos
con gran generosidad y espíritu de servicio. También yo he podido servirme, hasta
el día de hoy, de su colaboración experta. Hay un aspecto por el que deseo expresarle
mi agradecimiento de una manera particular, y es su fidelidad al espíritu de Don Bosco;
el espíritu salesiano, que ha sido capaz de mantener y atestiguar incluso absorbido
por las múltiples tareas vinculadas a la tarea de ayudar al Sucesor de Pedro. Con
el espíritu emprendedor y de amor al Papa que caracteriza a los hijos de San Juan
Bosco, ha desempeñado siempre con entrega su tarea de guía de las relaciones internacionales
de la Santa Sede , tan importante en el ejercicio del ministerio del Obispo de Roma.
Al mismo tiempo, no se ha cansado de llevar el Magisterio pontificio y la Bendición
Apostólica por doquier: países, diócesis , parroquias , universidades , instituciones
, asociaciones. La Virgen Auxiliadora ha estado cerca de Usted y siempre le ayudó
en este valioso ministerio. Que por su intercesión maternal obtenga las recompensas
y gracias celestiales que más desea su corazón. Y como prenda de paz y de alegría
espiritual le imparto de todo corazón mi bendición que se extiende con sincera gratitud
también a sus colaboradores y a sus seres queridos". (ER- RV)