“Juntos por la paz”, Declaración de la Conferencia de las Iglesias Europeas y del
Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa
(RV).- “Juntos por la paz”, es el título de la declaración firmada por los Presidentes
de la Conferencia de las Iglesias Europeas y del Consejo de las Conferencias Episcopales
de Europa en adhesión a la Jornada de oración por Siria convocada por el Papa Francisco.
Ante
el sufrimiento, destrucción y muerte que el noble pueblo sirio padece desde hace ya
demasiado tiempo – se lee en el mensaje – insistimos en nuestro rechazo absoluto a
la guerra. En este momento, nuestro recuerdo se dirige en especial a todos los fieles
cristianos y a sus familias, que el conflicto en Siria ha perjudicado particularmente,
con numerosos asesinatos y un éxodo en masa que puede llegar a cancelar una presencia
más que milenaria en esta área del mundo.
Somos conscientes – escriben los
Obispos Christopher Hill, Presidente de la Conferencia de las Iglesias y el Cardenal
Péter Erdő, Presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa – de que
la verdadera paz tan sólo viene de Dios. Por eso afirman: “A Él hemos de confiar los
corazones atormentados de la humanidad, rezar por nuestra paz interior y la de las
personas en conflicto”.
Al mismo tiempo, invitan a los fieles de todas sus
Iglesias en Europa a unirse a ellos y a la comunidad internacional a la jornada de
ayuno y oración por la paz en Siria este sábado 7 de septiembre, tal como lo ha propuesto
el Papa Francisco.
Además, dirigiéndose a todas las naciones, y en particular
a las reunidas en San Petersburgo por la Asamblea del G20, piden, junto al Arzobispo
de Canterbury Justin Welbi, al Papa Francisco y a otros responsables de estas Iglesias,
que privilegien la vía del diálogo en lugar del camino de las armas.
Por otra
parte, exhortan a todos a mirar a Dios y a tomar el camino que haga cesar toda hostilidad,
deponiendo las armas y abriendo la vía de la negociación, del diálogo, de la reconciliación
y de la paz.
Porque como afirman: “Nunca es demasiado tarde para construir
un futuro juntos. Esta paz tanto anhelada sólo puede ser alcanzada juntos, nunca a
través del abuso de unos sobre otros. Estamos convencidos – concluyen – de que, con
la ayuda de Dios, el sentido común puede prevalecer y alcanzar una convivencia pacífica
en la verdad, en la justicia, en el amor, en la libertad y en el respeto de todas
las minorías, en particular de los cristianos presentes en el país”.