Ningún católico puede prescindir de la protección de su Madre
La ternura de María cubrió con su manto a todos los que la vieron en Aparecida
(RV).-
(Audio) El Papa le pidió a
Nuestra Señora de Aparecida su bendición para el pueblo brasileño, las familias, la
patria. Con voz amable preguntó si acaso una madre se olvida de sus hijos, para recordarnos
que la Santísima Virgen siempre cuida de nosotros. Este 24 de julio, el 266º sucesor
de Pedro, pontífice mariano, como sus predecesores, quiso, devoto, humilde hijo de
María, elevar su oración.
El día de su elección pontificia, el 13 de marzo
2013, descubrió lo que muchos ya sabíamos, que como todos los Papas, también el humilde
Francisco es devoto hijo de María. Tras pocas horas de su elección al pontificado,
la primera actividad del Papa Francisco –recordamos- ha sido la de visitar a la Salus
Populi Romani, en Santa María la Mayor, lo hizo también días antes de partir
con destino a la Ciudad de Río de Janeiro, el 20 de julio, y acompañó el mes mariano,
el mes de mayo activamente abriendo y cerrando el mes dedicado a la Madre de Dios.
Mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría, las
tres directivas de la homilía del "Padre" Francisco, el Obispo de Roma, para enfatizar
lo que ha venido diciendo a lo largo de estos ya transcurridos 4 meses de pontificado.
Y es que el Papa Francisco lleva una línea en su magisterio, y al igual que su nombre,
sus gestos y sus palabras se centra en la “esperanza”. La segunda sencilla actitudes
es la de “dejarse sorprender por Dios” como nos invitó el 30 de marzo, en la homilía
de la Vigilia pascual cuando insistió en la necesidad de no perder la confianza no
resignarnos, nuca, porque no existen situaciones que Dios no pueda cambiar, no existe
pecado que no pueda perdonar si nos abrimos a Él.
La alegría, ha sido la tercera
directiva de la que habló en Aparecida, y es un aspecto al que el Pontífice da particular
relieve… Esto lo hemos ido descubriendo desde el inicio de su pontificado –en varias
ocasiones- cuando Francisco ha pedido a los jóvenes seminaristas o aspirantes a la
vida consagrada, y novicias, que no sean tristes. O a nosotros mismos, laicos, el
24 de marzo, Domingo de Ramos recordándonos que un cristiano no puede nunca estar
triste sencillamente porque la tristeza no es compatible con nuestra identidad cristiana.
En Aparecida, el tercer punto puesto en evidencia por Papa francisco (en el estupendo
escenario del Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, ahí donde se abrieron los
trabajos de la Quinta Conferencia del Episcopado Latinoamericano y en la que él participó
activamente para la elaboración del documento final); decíamos, el Papa, nos indicó
los varios motivos por los que los cristianos estamos alegres. El primero es que
Dios nos acompaña, y por supuesto está nuestra Madre que siempre intercede en la
vida de sus hijos. Pero lo que hace brotar la sonrisa de pura alegría ha sido su recomendación,
eso que no debemos olvidar: El cristiano no puede ser pesimista, el cristiano no tiene
el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo. “Si estamos verdaderamente enamorados
de Cristo y sentimos cuánto nos ama, entonces nuestro corazón se inflamará de tanta
alegría que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor”.
Patricia L. Jáuregui
Romero @pjuregui - Radio Vaticano