2013-06-18 14:14:06

La gracia es nuestra alegría y nuestra libertad: esto es un tesoro y una revolución


(RV).- (audio) RealAudioMP3 Dio inicio este lunes por la tarde en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Congreso eclesial de la diócesis de Roma sobre el tema: "Cristo, nos eres necesario”. La responsabilidad de los bautizados en el anuncio de Jesucristo”. Abrió los trabajos, el Papa Francisco, muy aplaudido, que antes de entrar se detuvo a saludar a cientos de fieles que siguieron el evento desde el exterior a través de pantallas gigantes.

"Yo no me avergüenzo del Evangelio" fue el título de la catequesis del Obispo de Roma, a quien el cardenal vicario Agostino Vallini renovó la fidelidad en el Magisterio, reiterando el compromiso actual de evangelización de la Diócesis.

En un clima de alegre fiesta y meditación, a la vez, el Santo Padre explicó qué significa vivir bajo la gracia y que relación tiene con la evangelización. “La gracia -dijo- es nuestra alegría y nuestra libertad. Somos libres porque Jesús nos ha liberado y vivimos bajo la gracia de ser hijos de Dios. Esto es un tesoro, una revolución.

“Una revolución para transformar la historia, una revolución que cambia profundamente el corazón humano. Las revoluciones de la historia han cambiado la vida política, económica, pero ninguna de ellas ha cambiado realmente el corazón del hombre. La verdadera revolución, la que transforma la vida, la cumplió Jesucristo por medio de su Resurrección: la Cruz y la Resurrección. Y Benedicto XVI, de esta revolución, decía que "es la mutación más grande en la historia humana."

“¡Un cristiano, si no es revolucionario, en este momento, no es cristiano!” -prosiguió el Santo Padre. “Debe ser revolucionario por la gracia! Sólo la gracia que el Padre nos da a través de Jesucristo crucificado, muerto y resucitado nos hace revolucionarios.

“Porque cambia el corazón. El profeta Ezequiel dijo: "Voy a tomar ese corazón de piedra y os daré un corazón de carne". Y esta es la experiencia que vive el Apóstol Pablo: después de haber encontrado a Jesús en el camino a Damasco, cambia radicalmente su perspectiva de la vida y recibe el bautismo. ¡Dios transforma su corazón! Piensen en esto: de perseguidor, uno que perseguía a la Iglesia y a los cristianos, se convierte en un santo, un cristiano hasta la médula, en un verdadero cristiano!”

“¡Todos somos pecadores, todos! Pero la gracia de Jesucristo nos salva del pecado, si aceptamos la gracia de Jesucristo. Cambia nuestro corazón y de pecadores nos hace santos”. El Papa Francisco dijo que el amor es la fuerza más poderosa para la transformación de la realidad, ya que rompe las paredes del egoísmo y colma las zanjas que nos mantienen lejos de los demás”. Y este es el amor que viene de un corazón de piedra que se ha convertido en un corazón de carne, un corazón humano. Lo hace la gracia, la gracia de Jesucristo, que todos hemos recibido.

“¿Alguien sabe cuánto cuesta la gracia? ¿Dónde se vende la gracia? ¿Dónde puedo comprar la gracia? Nadie sabe decirlo: no. ¿Voy a comprarla a la secretaria parroquial, tal vez ella vende, la gracia? ¿Algún sacerdote vende, la gracia? Oigan con atención esto: la gracia no se compra y no se vende, es un don de Dios en Jesucristo. Jesucristo nos da la gracia. Él es el único que nos da la gracia. Es un regalo: nos la ofrece a nosotros. Tomémosla. Esto es hermoso. El amor de Jesús es así: nos da la gracia gratuitamente. De forma gratuita. Y nosotros debemos darla a los hermanos, a las hermanas, gratuitamente.”








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