Las técnicas son importantes, pero no pueden reemplazar la acción del Espíritu Santo,
agente principal de la evangelización
(RV).- El Santo Padre Francisco ha recibido esta mañana en audiencia a los miembros
del XIII Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, reunido
estos días en Roma para ayudar al Pontífice en la elección del tema de la próxima
Asamblea General Ordinaria y para actualizarle sobre la elaboración y actuación del
anterior sínodo, sobre el cual el Papa, en un discurso que les ha entregado, ha dicho
que se trata de “un precioso servicio a la Iglesia universal”:
"Me gustaría
hacer hincapié en la importancia del tema de aquella Asamblea: “La nueva evangelización
para la transmisión de la fe”. Existe una estrecha relación entre estos dos elementos:
transmisión de la fe cristiana y finalidad de la nueva evangelización y de toda la
obra evangelizadora de la Iglesia, que existe precisamente para esto. El término "nueva
evangelización", además, pone de relieve la conciencia cada vez más clara de que,
incluso en los países de antigua tradición cristiana se hace necesario un renovado
anuncio del Evangelio, para llevar a un encuentro con Cristo que transforme verdaderamente
la vida y no sea superficial, marcado por la rutina".
Recordando al Siervo
de Dio Paolo VI, el Papa Francisco ha dicho que “las condiciones de la sociedad nos
obligan a revisar los métodos, y a buscar por todos los medios el modo de llevar el
mensaje cristiano al hombre moderno, en el cual sólo él puede encontrar la respuesta
a sus interrogantes y la fuerza para su compromiso de solidaridad humana "
"Quisiera
animar a toda la comunidad eclesial a evangelizar, a no tener miedo de "salir" de
sí mismos para anunciar, confiando sobre todo en la presencia misericordiosa de Dios
que nos guía. Las técnicas son sin duda importantes, pero ni siquiera las más perfectas
podrían reemplazar la acción discreta pero eficaz de Aquel que es el agente principal
de la evangelización: el Espíritu Santo. Es necesario dejarse conducir por Él, incluso
si nos lleva por nuevos caminos; es necesario dejarse transformar por Él para que
nuestro anuncio se haga con la palabra siempre acompañada por la sencillez de la vida,
por un espíritu de oración, de caridad hacia todos, especialmente los pequeños y los
pobres, por la humildad y el desprendimiento de uno mismo, por la santidad de vida.
Sólo así será verdaderamente fecundo".
El Papa ha resaltado el importante
papel para la vida de la Iglesia del Sínodo de los Obispos sobre el que ha dicho que
es “uno de los frutos del Concilio Vaticano II”, gracias al cual “en estos cincuenta
años, se ha podido experimentar los beneficios de esta institución, que, de forma
permanente, se pone al servicio de la comunión y de la misión de la Iglesia, como
expresión de la colegialidad”.