La Iglesia debe estar atenta a las tentaciones de ir hacia atrás, dice el Papa en
su homilía
(RV).- (Con audio) No debemos tener
miedo de la libertad que nos da el Espíritu Santo: lo afirmó el Papa Francisco esta
mañana en la homilía de la misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
El Obispo de Roma subrayó que en este momento la Iglesia debe estar atenta a dos tentaciones:
la de ir hacia atrás y la del progresismo adolescente.
Concelebró con el Pontífice
el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de
Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y participó en esta celebración
Eucarística un grupo de sacerdotes, religiosos y laicos de este Dicasterio, mientras
entre los participantes también se encontraba el Cardenal Bernard Agré, arzobispo
emérito de Abidján, en Costa de Marfil.
“No piensen que yo haya venido a abolir
la Ley”. Francisco desarrolló su homilía partiendo de estas palabras que Jesús dirigió
a los discípulos y observó que este pasaje evangélico sigue al de las Bienaventuranzas,
que son “expresión de la nueva ley” más exigente que la de Moisés. Esta ley, explicó
el Papa, es “fruto de la Alianza” y no se puede comprender sin ella. “Esta Alianza
– prosiguió – esta ley es sagrada porque llevaba al pueblo hacia Dios”. Y comparó
la “madurez de esta ley” con el “brote que se abre y florece”. Por esta razón, afirmó,
Jesús “es la expresión de la madurez de la ley”, a la vez que añadió que Pablo nos
habla de dos tiempos “sin cortar la continuidad” entre la ley de la historia y la
ley del Espíritu:
“La hora del cumplimiento de la ley, la hora en que la
ley llega a su madurez es la ley del Espíritu. Este ir hacia delante por este camino
es un poco riesgoso, pero es el único camino de la madurez, para salir de los tiempos
en los cuales no somos maduros. En este camino hacia la madurez de la ley, que viene
precisamente con la predicación de Jesús, hay siempre temor, temor de la libertad
que nos da el Espíritu. ¡La ley del Espíritu nos hace libres! Esta libertad nos produce
un poco de temor, porque tenemos miedo de confundir la libertad del Espíritu con otra
libertad humana”.
La ley del Espíritu – dijo también el Papa – “nos conduce
por un camino de discernimiento continuo para hacer la voluntad de Dios y esto” nos
da miedo. Un miedo – advirtió el Santo Padre – que “tiene dos tentaciones”. La primera,
es la de “ir hacia atrás”, la de decir que “se puede hasta aquí, no se puede hasta
allá” y, por tanto, al final “permanecemos aquí”. Y añadió que esta es “un poco la
tentación del miedo a la libertad, del miedo al Espíritu Santo”. Un miedo “por el
cual es mejor ir sobre lo seguro”. A continuación, Francisco se refirió a un superior
general que en la década de los años 30, había “recopilado todas las prescripciones
contra el carisma” para sus religiosos, “un trabajo que le llevó años”. Después fue
a Roma para encontrarse con un abad benedictino que, al oír cuanto había hecho, le
dijo que de este modo “había matado el carisma de su Congregación”, “había matado
la libertad”, ya que “este carisma da sus frutos en la liberad y él había detenido
el carisma”:
“Y esta confianza en el Espíritu, que es más exigente porque
Jesús nos dice: ‘En verdad yo les digo: hasta que no pasen el cielo y la tierra, no
pasará una solo iota de la ley. ¡Es más exigente! Pero no nos da esa seguridad humana.
No podemos controlar al Espíritu Santo: ¡este es el problema! Esta es una tentación”.
El
Papa también dijo que hay otra tentación: la del “progresismo adolescente”, que nos
hace “salir del camino”. Ver una cultura y “no estar tan separados” de ella:
“Tomamos
de acá, tomamos de allá los valores de esta cultura… ¿Quieren hacer esta ley? Adelante
con esta ley. ¿Quieren ir adelante con eso? Ensanchamos un poco el camino. Al final,
como digo, no es verdadero progresismo. Es un progresismo adolescente: como los adolescentes
que quieren tener todo con el entusiasmo ¿y al final? Se resbala… Es como cuando el
camino está con hielo y el auto resbala y va fuera del amino… ¡Es la otra tentación
en este momento! Nosotros, en este momento de la historia de la Iglesia, ¡no podemos
ir hacia atrás, ni salir del camino!”
El camino, dijo el Papa al concluir
su homilía, “es el de la libertad en el Espíritu Santo, que nos hace libres, en el
discernimiento continuo acerca de la voluntad de Dios para ir hacia delante por este
camino, sin ir hacia atrás y sin salirnos del camino”. Pidamos al Señor “la gracia
que nos dé al Espíritu Santo para ir hacia adelante”.