El Papa invita a los futuros nuncios apostólicos a vivir su formación con “gran libertad
interior”, sin pensar en proyectos o ambiciones personales
(RV).- Pasado el mediodía, el Santo Padre Francisco ha recibido a la Comunidad de
la Pontificia Academia Eclesiástica. Se trata de los sacerdotes (unos 40) que estudian
y se preparan para representar a la Santa Sede en el servicio diplomático en las nunciaturas
de todo el mundo. Un trabajo, ha dicho el Papa, que “requiere, como cualquier otro
tipo de ministerio sacerdotal, una gran libertad interior: vivan estos años de su
preparación con el compromiso, la generosidad y grandeza del alma, de modo que esta
libertad pueda realmente tomar forma en ustedes!”
El Papa ha explicado que
tener “libertad interior” significa no tener ataduras con los propios proyectos, con
las propias ambiciones o miras personales, sino estar abiertos, en la caridad, a la
comprensión de otras culturas, mentalidades y lugares. “Poniendo siempre en primer
lugar, no la propia realización personal o reconocimiento, sino el bien superior de
la causa del Evangelio y el cumplimiento de la misión que os será confiada”. (audio)
“Por
esta razón, ustedes deben estar dispuestos a integrar toda su visión de la Iglesia,
incluso legítima, cualquier idea personal o de juicio, en el horizonte de la mirada
de Pedro y de su misión peculiar al servicio de la comunión y de la unidad del rebaño
de Cristo, de su caridad pastoral, que abarca todo el mundo, y que, gracias a la acción
de las Representaciones Pontificias, desea estar presente sobre todo en aquellos lugares,
a menudo olvidados, donde mayores son las necesidades de la Iglesia y de la humanidad”.
En
una palabra, el ministerio al cual ustedes se preparan -ha insistido el Papa- les
invita a salir de sí mismo a través de un intenso viaje espiritual. “A la luz de la
fe, podemos vivir la libertad de nuestros proyectos y de nuestra voluntad, no como
un motivo de frustración y de vacío, sino como una apertura al don sobreabundante
de Dios, que hace fecundo nuestro sacerdocio”. (audio)
“Tengan
un gran cuidado de la vida espiritual, que es la fuente de la libertad interior. Ustedes
pueden hacer tesoro precioso de los instrumentos de la conformación a Cristo propios
de la espiritualidad sacerdotal, cultivando una vida de oración y haciendo de su trabajo
diario una escuela de su santificación. Me gusta recordar aquí la figura del beato
Juan XXIII, de la que hace unos días celebramos el quincuagésimo aniversario de la
muerte: su servicio como representante Pontificio fue una de las tareas, y no la menos
importante, en las que se formó su santidad. Releyendo sus escritos, impresiona el
cuidado que él siempre puso en la vigilancia de su propia alma, en medio de los más
variadas ocupaciones en el campo eclesial y político. De ahí surgían su libertad interior,
la alegría que transmitía al exterior, y la misma eficacia de su acción pastoral y
diplomática”.
El Santo Padre Francisco ha recordado que el beato Juan XXIII,
años más tarde, siendo ya patriarca de Venecia escribió: “Ahora me encuentro en pleno
ministerio directo de las almas. En verdad siempre he creído que para un eclesiástico
la llamada “diplomacia” debe estar siempre impregnada de espíritu pastoral, de lo
contrario, no cuenta nada, y ridiculiza una misión sagrada."