2013-06-05 20:01:50

Paz, diálogo y ayuda humanitaria a Siria, pide el Papa Francisco


(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 “Frente al perdurar de las violencias y vejaciones renuevo con fuerza mi llamamiento a la paz”. Con estas palabras el Papa Francisco celebró un encuentro con los representantes de los Organismos caritativos católicos por la crisis en Siria, a quienes recibió esta mañana en el salón de la Casa de Santa Marta, donde reside.

Recordando el empeño de Benedicto XVI a favor del “diálogo y la reconciliación”, el Obispo de Roma reafirmó su cercanía a las comunidades cristianas “en todo Oriente Medio”, animando a la Comunidad internacional a ayudar a los “prófugos y a los refugiados”.

El Papa Francisco recordó que todos conocen la preocupación de la Santa Sede por la crisis siria y de modo concreto por la población, que con frecuencia sufre de manera inerme las consecuencias del conflicto. Benedicto XVI pidió varias veces que callen las armas y que se encuentre una solución a través del diálogo, para alcanzar una profunda reconciliación entre las partes. “Que callan las armas”, dijo. Y destacó que en noviembre pasado, quiso expresar su cercanía personal enviando a esa zona al cardenal Sarah, al mismo tiempo que acompañó ese gesto con la petición de “no ahorrar ningún esfuerzo en la búsqueda de la paz”, y manifestando su concreta y paterna solicitud con un don, al que contribuyeron también los padres sinodales en octubre pasado.

“De modo personal, también a mí – dijo el Obispo de Roma – me preocupa la suerte de la población siria. El día de Pascua pedí la paz “sobre todo para la amada Siria, por su población herida por el conflicto, y por los numerosos prófugos que esperan una ayuda y un consuelo. ¡Cuánta sangre se ha derramado! ¿Y cuántos sufrimientos habrá que soportar todavía antes de que se encuentre una solución política a la crisis?” (Mensaje Urbi et Orbi, 31 marzo 2013).

“Frente al perdurar de las violencias y vejaciones renuevo con fuerza mi llamamiento a la paz. En las últimas semanas la comunidad internacional ha reafirmado su intención de promover iniciativas concretas para comenzar un diálogo fructuoso con la finalidad de poner fin a la guerra. Son iniciativas que hay que sostener y que se espera que puedan conducir a la paz”.

Y al destacar que “la Iglesia se siente llamada a dar un testimonio humilde pero concreto y eficaz”, añadió el Papa Francisco:

“Sabemos que donde alguien sufre, Cristo está presente. ¡No podemos echarnos atrás, especialmente ante las situaciones de mayor dolor!”.

Viendo el trabajo de los organismos caritativos católicos empeñados en este campo, el Santo Padre los exhortó a proseguir “con fidelidad la valiosa obra de asistencia humanitaria en Siria y en los países vecinos que generosamente hospedan a quien huye de la guerra”:

“Pido a la Comunidad internacional, junto a la búsqueda de una solución negociada del conflicto, que favorezca la ayuda humanitaria para los prófugos y refugiados sirios, teniendo en cuenta en primer lugar el bien de la persona y la tutela de su dignidad”.

“Para la Santa Sede – dijo también el Papa – la obra de las agencias católicas es sumamente significativa” porque la ayuda va más allá de las pertenencias étnicas o religiosas, ofreciendo del modo más directo “una contribución a la pacificación y construcción de una sociedad abierta a todos los diversos componentes”. Su pensamiento, después, se dirigió a las comunidades cristianas que viven en Siria y a todo Oriente Medio:

“La Iglesia sostiene a sus miembros que hoy pasan por un momento de particular dificultad. Ellos tienen la gran tarea de seguir haciendo presente el cristianismo en la región en que ha nacido. Y nuestro compromiso consistirá en favorecer la permanencia de este testimonio. La participación de toda la comunidad cristiana en esta gran obra de asistencia y ayuda es actualmente un imperativo”.

(María Fernanda Bernasconi – RV).

“El Papa está cerca y los acompaña. ¡La Iglesia no los abandona!”

(RV).- La mañana de este miércoles el Papa Francisco recibió en audiencia a miembros de los Organismos caritativos católicos para la crisis en Siria. Francisco manifestó que el pensamiento del Papa se dirige también a las comunidades cristianas que viven en todo el Oriente Medio. “La Iglesia -aseguró- sostiene a sus miembros que hoy pasan por un momento de particular dificultad. Ellos tienen la gran tarea de seguir haciendo presente el cristianismo en la región en que ha nacido. Y nuestro compromiso consistirá en favorecer la permanencia de este testimonio. La participación de toda la comunidad cristiana en esta gran obra de asistencia y ayuda es actualmente un imperativo”.

Palabras del Papa Francisco:

Queridos amigos

Les agradezco este encuentro y toda la actividad humanitaria que realizan en Siria y en los países vecinos, para ayudar a las poblaciones que son víctimas del conflicto actual. Personalmente he animado al Pontificio Consejo Cor Unum para que promoviera esta reunión de coordinación de la actividad que desarrollan en la región los organismos caritativos católicos. Agradezco al cardenal Sarah sus palabras de saludo. Doy la bienvenida de modo especial a los que vienen de Oriente Medio, en particular a los que representan a la Iglesia en Siria.

Todos conocen la preocupación de la Santa Sede por la crisis siria y de modo concreto por la población, que con frecuencia sufre de manera inerme las consecuencias del conflicto. Benedicto XVI pidió varias veces que callasen las armas y se encontrase una solución a través del diálogo, para alcanzar una profunda reconciliación entre las partes. Que callasen las armas. Además, en noviembre pasado, quiso expresar su cercanía personal enviando a aquella zona al cardenal Sarah, al mismo tiempo que acompañó ese gesto con la petición de «no ahorrar ningún esfuerzo en la búsqueda de la paz», y manifestando su concreta y paterna solicitud con un don, al que contribuyeron también los padres sinodales en octubre pasado.

De modo personal, también a mí me preocupa la suerte de la población siria. El día de Pascua pedí la paz «sobre todo para la amada Siria, -dije- para su población herida por el conflicto, y para los numerosos prófugos que esperan una ayuda y un consuelo. ¡Cuánta sangre se ha derramado! ¿Y cuántos sufrimientos habrá que soportar todavía antes de que se encuentre una solución política a la crisis?» (Mensaje Urbi et Orbi, 31 marzo 2013).

Frente a la continuación de la violencia y los atropellos renuevo con fuerza mi llamamiento a la paz. En las últimas semanas la comunidad internacional ha reafirmado su intención de promover iniciativas concretas para poner en marcha un diálogo provechoso, con el fin de acabar con la guerra. Son intentos que hay que apoyar y de los que se espera el acercamiento de la paz. La Iglesia se siente llamada a dar el testimonio humilde, pero concreto y eficaz, de la caridad que ha aprendido de Cristo, Buen Samaritano. Sabemos que allí donde alguien sufre, Cristo está presente. No podemos echarnos atrás, especialmente ante las situaciones de mayor dolor. Su presencia en la reunión de coordinación manifiesta la voluntad de continuar con fidelidad la maravillosa obra de asistencia humanitaria, en Siria y en los países vecinos, que generosamente acogen a los que huyen de la guerra. Que su actividad sea puntual y coordinada, expresión de la comunión que, como ha sugerido el reciente Sínodo sobre Oriente Medio, es en sí misma testimonio. Pido a la Comunidad internacional, junto a la búsqueda de una solución negociada del conflicto, favorecer la ayuda humanitaria para los prófugos y refugiados sirios, mirando en primer lugar el bien de la persona y la tutela de su dignidad. Para la Santa Sede, la actividad de las Agencias de caridad católicas es extremadamente significativa: ayudar a la población siria, más allá de las diferencias étnicas o religiosas, es el modo más directo de contribuir a la pacificación y edificación de una sociedad abierta a todos sus componentes. También hacia esto tiende el esfuerzo de la Santa Sede: construir un futuro de paz para Siria, en el que todos puedan vivir libremente y expresarse según su peculiaridad.

El pensamiento del Papa se dirige también en este momento a las comunidades cristianas que viven en Siria y en todo el Oriente Medio. La Iglesia sostiene a sus miembros que hoy pasan por un momento de particular dificultad. Ellos tienen la gran tarea de seguir haciendo presente el cristianismo en la región en que ha nacido. Y nuestro compromiso consistirá en favorecer la permanencia de este testimonio. La participación de toda la comunidad cristiana en esta gran obra de asistencia y ayuda es actualmente un imperativo. Y todos pensamos, todos pensamos en Siria: cuántos sufrimientos, cuánta pobreza, quánto dolor. Es Jesus el que sufre, el que es pobre, el que es expulsado de su patria. Es Jesús. Y aquello es un misterio, es nuestro misterio cristiano. Miremos a Jesús sufriente en los habitantes de la amada Siria.

Les agradezco una vez más esta iniciativa e invoco sobre cada uno de ustedes la bendición divina. La extiendo de modo particular a los queridos fieles que viven en Siria y a todos los sirios que actualmente se ven obligados a dejar sus casas a causa de la guerra. Que a través de ustedes, aquí presentes, el querido pueblo de Siria y del Oriente Medio sepa que el Papa está cerca y los acompaña. ¡La Iglesia no los abandona! Gracias.

(RC-RV)








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