(RV).- (Con audio) El Santo Padre invitó
a mediodía del III Domingo de Pascua, en que rezó el Regina Coeli con unos 80 mil
fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, a que la Iglesia anuncie con
valentía a Cristo Resucitado, como los primeros cristianos.
Queridos hermanos
y hermanas: Rezando juntos el Regina Coeli, pidamos la ayuda de María Santísima para
que la Iglesia en todo el mundo anuncie con sinceridad y coraje la Resurrección del
Señor y dé testimonio válido con signos de amor fraterno. Recemos en modo particular
para que los cristianos que sufren persecución sientan la presencia viva y confortante
del Señor Resucitado.
Ese domingo 14 de abril por la tarde el Papa Francisco
presidió la Santa Misa en la basílica papal de San Pablo Extramuros con motivo de
su primera visita como Obispo de Roma. Concelebraron con el Santo Padre, el cardenal
James Harvey, arcipreste de la basílica y el abad Edmund Power.
En su homilía,
el Santo Padre recordó que se encontraban sobre la tumba de san Pablo, “un humilde
y gran Apóstol del Señor, que lo ha anunciado con la palabra, ha dado testimonio de
él con el martirio y lo ha adorado con todo el corazón”. Y añadió que esos eran los
tres verbos sobre los que deseaba reflexionar: anunciar, testimoniar, adorar, a la
luz de la Palabra de Dios de las lecturas de esa liturgia.
El Papa explicó
que adorar al Señor quiere decir darle a él el lugar que le corresponde; quiere decir
afirmar, creer – pero no simplemente de palabra – que únicamente él guía verdaderamente
nuestra vida.
Esto tiene una consecuencia en nuestra vida: despojarnos
de tantos ídolos, pequeños o grandes, que tenemos, y en los cuales nos refugiamos,
en los cuales buscamos y tantas veces ponemos nuestra seguridad. Son ídolos que a
menudo mantenemos bien escondidos; pueden ser la ambición, la carrera, el gusto del
éxito, el poner en el centro a uno mismo, la tendencia a estar por encima de los otros,
la pretensión de ser los únicos amos de nuestra vida, algún pecado al que estamos
apegados, y muchos otros.
El Papa Francisco - a través del cardenal Secretario
de Estado, Tarcisio Bertone - enviado el pasado 16 de abril un telegrama al cardenal
Sean O'Malley, arzobispo estadounidense de Boston, con motivo del atentado que había
tenido lugar el día anterior en esa ciudad durante una maratón y que causó tres víctimas
mortales y más de un centenar de heridos.
“Profundamente entristecido por
la noticia de la pérdida de vidas y las graves heridas causadas por el acto de violencia
perpetrado (...) en Boston – se lee en el texto - Su Santidad el Papa Francisco le
asegura su afecto y cercanía en la oración. Tras esta tragedia insensata, Su Santidad
invoca la paz de Dios para los fallecidos, su consuelo para los que sufren y su fortaleza
para todos los que participan en las tareas de emergencia y socorro. En este momento
de luto el Santo Padre reza para que todos los bostonianos estén unidos en la decisión
de no ser vencidos por el mal, sino de combatir el mal con el bien aunando sus esfuerzos
para construir una sociedad cada vez más justa, libre y segura para las generaciones
futuras”.
Ese mismo día, con motivo del ochenta y seis cumpleaños del Papa
emérito Benedicto XVI, el Santo Padre Francisco comenzó la celebración de la Misa
en la capilla de la Casa Santa Marta invitando a todos los presentes a rezar con estas
palabras: “Hoy es el cumpleaños de Benedicto XVI, ofrezcamos la Misa por él, para
que el Señor le acompañe, le conforte y le consuele mucho”.
Y a lo largo de
esa mañana el Santo Padre llamó por teléfono a Benedicto XVI, quien se encuentra en
las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, para felicitarlo por este motivo, haciendo
extensivos sus saludos y sus mejores deseos a su hermano, Mons. Georg Ratzinger, quien
se encuentra desde hace varios días en esa localidad, para festejar en familia el
cumpleaños del Papa emérito y quien, a su vez, celebrará dentro de poco, el 23 de
abril, en la memoria litúrgica de San Jorge, su onomástico, al igual que el Papa Francisco.
En
el relato de la Ascensión de Jesús podemos comprender cuan importante es encomendar
nuestra vida a Cristo; porque si nos dejamos guiar por Él estamos seguros de estar
en manos seguras. Lo subrayó el Papa Francisco en su catequesis de la audiencia general
del miércoles 17 de abril que celebró en la Plaza de San Pedro ante más de cincuenta
mil fieles y peregrinos de los cinco continentes. La Ascensión no indica la ausencia
de Jesús, sino que nos dice que Él está vivo en medio a nosotros de manera nueva;
ya no en un preciso lugar del mundo como antes de la Ascensión; ahora está en la señoría
de Dios, presente en todo espacio y tiempo, cercano a cada uno de nosotros. En nuestra
vida jamás estamos solos, agregó Francisco, porque el Señor crucificado y resucitado
nos guía; con nosotros hay tantos hermanos y hermanas que en el silencio y en el escondimiento,
en su vida familiar y en el trabajo, con sus problemas y dificultades, con sus alegrías
y esperanzas, viven diariamente la fe y traen, junto a nosotros al mundo, la señoría
del amor de Dios.
Queridos hermanos y hermanas: También nosotros hemos
de saber que entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad,
aun a costa de sacrificios y del cambio de nuestros programas. El íntimo coloquio
de Jesús con el Padre antes de la Pasión nos enseña, además, cómo la oración nos da
la fuerza de ser fieles al proyecto de Dios. Después, Jesús asciende a los cielos
bendiciendo, un gesto sacerdotal para mostrar que, desde el seno del Padre, intercede
siempre por nosotros. Él nos ha abierto el paso para llegar a Dios, y nos atrae hacia
él, nos protege, nos guía e intercede por nosotros. Mirar a Jesucristo, que asciende
a los cielos, es una invitación a testimoniar su Evangelio en la vida cotidiana, con
la vista puesta en su venida gloriosa definitiva.
Durante la audiencia
general el Papa dirigió un llamamiento a favor de las poblaciones de Irán y Pakistán,
afectadas por un violento sismo. Y después de esta audiencia general el Papa recibió
al Sr. Saleh Mohammad Al Ghamdi, Embajador del Reino de Arabia Saudí en Italia, Portador
de un Mensaje del Rey Abdullah bin Abdulaziz Al Saud.
Producción de María
Fernanda Bernasconi. (hispano@vatiradio.va)
El espacio “El Papa en la
semana”, se transmite los sábados en las emisiones informativas de las 17,30; 01,45
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