Hace ocho años, Benedicto XVI: humildad y sencillez
(RV).- Un día como hoy, vivíamos
la emoción de la elección pontificia de Benedicto XVI, que ha guiado a la Iglesia
Universal, durante casi ocho años, con sabiduría, dulzura y firmeza, como “simple
y humilde trabajador de la viña del Señor”, como dijo él mismo la tarde del 19 de
abril de 2005. “Me consuela – decía el hasta entonces cardenal Joseph Ratzinger -
el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes”.
Ya desde el primer momento, pues, el Papa Benedicto XVI mostró su humildad y sencillez
encomendándose a las oraciones de los fieles y a la “alegría del Señor” para seguir
adelante.
“Os suplico que os acordéis de mí en vuestra oración y que sigáis
pidiendo por los Señores Cardenales, llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo
Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro”, pedía Benedicto XVI, en la última, intensa
audiencia general de su pontificado - el 27 de febrero pasado - en cuya catequesis
reiteró que amar a la Iglesia significa también tener el valor de tomar decisiones
difíciles, sufridas, teniendo siempre por delante el bien de la Iglesia y no de sí
mismos”.
“Desde que asumí el ministerio petrino en el nombre del Señor, he
servido a su Iglesia con la certeza de que es Él quien me ha guiado. Sé también que
la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres. Mi corazón
está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz”, destacó también
Benedicto XVI. Asegurando nuestras oraciones - como él pidió - y contando con las
suyas, como nos ha prometido, escuchemos su voz saludando a incontables peregrinos
de habla hispana, que a lo largo de su Pontificado, llegaron al Vaticano para escuchar
sus palabras y recibir su Bendición.