(RV).- Recordamos gratamente
que el penúltimo de los 24 viajes apostólicos internacionales de su pontificado, fue
el que Benedicto XVI emprendió a México -para confirmar en la fe a los mexicanos -
y a Cuba - como peregrino de la Caridad, en el año jubilar del hallazgo de la virgen
cubana conocida con esta advocación.
«Me siento muy feliz de estar aquí,
y doy gracias a Dios por haberme permitido realizar el deseo, guardado en mi corazón
desde hace mucho tiempo, de poder confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran
nación en su propia tierra», dijo Benedicto XVI a su llegada a México, el 23 de marzo
del año pasado. Nos ayuda en este recuerdo una periodista mexicana, Rosa María Ordaz,
que entrevistada por el jesuita Guillermo Ortiz, destaca los grandes frutos que dejó
este viaje pontificio: «Benedicto dejó una huella muy profunda en México, nos dice
Rosa María - y esa huella es la fe».