Juntos por la vía de la Cruz esperando la resurrección de Jesús, Francisco en el Via
Crucis
(RV).- (Con Audio) Francisco presidió la noche del viernes el tradicional “Via Crucis”
en el Coliseo: un camino de oración que nos adentra en la meditación de la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El "Camino de la Cruz" nos recuerda
a los mártires y nuestro llamado a seguir sus pasos. Las meditaciones de este año
fueron encomendadas por el Papa a un grupo de jóvenes libaneses guiados por el Patriarca
de Antioquía de los Maronitas, cardenal Béchara Boutros Raï. Los textos que ofrecieron
los jóvenes libaneses durante las catorce estaciones quisieron llamar la atención
sobre todas las realidades de la Iglesia que ha sufrido y sufre en las diversas regiones
del mundo. Al finalizar el Via Crucis, el Obispo de Roma se dirigió a los cientos
de miles de fieles y peregrinos (“también a todos los que se han unido a nosotros
a través de los medios de comunicación social”), y luego les impartió la Bendición
Apostólica.
Palabras de Francisco al final del Via Crucis (Audio)
:
Queridos
hermanos y hermanas
Les doy las gracias por haber participado tan numerosos
en este momento de intensa oración. Y doy las gracias también a todos los que se han
unido a nosotros a través de los medios de comunicación social, especialmente a las
personas enfermas o ancianas. No quiero añadir muchas palabras. En esta noche debe
permanecer sólo una palabra, que es la Cruz misma. La Cruz de Jesús es la Palabra
con la que Dios ha respondido al mal del mundo. A veces nos parece que Dios no responde
al mal, que permanece en silencio. En realidad Dios ha hablado, ha respondido, y su
respuesta es la Cruz de Cristo: una palabra que es amor, misericordia, perdón. Y también
juicio: Dios nos juzga amándonos. Si acojo su amor estoy salvado, si lo rechazo me
condeno, no por él, sino por mí mismo, porque Dios no condena, Él sólo ama y salva.
Queridos hermanos, la palabra de la Cruz es también la respuesta de los cristianos
al mal que sigue actuando en nosotros y a nuestro alrededor. Los cristianos deben
responder al mal con el bien, tomando sobre sí la Cruz, como Jesús. Esta noche hemos
escuchado el testimonio de nuestros hermanos del Líbano: son ellos que han compuesto
estas hermosas meditaciones y oraciones. Les agradecemos de corazón este servicio
y sobre todo el testimonio que nos dan. Lo hemos visto cuando el Papa Benedicto fue
al Líbano: hemos visto la belleza y la fuerza de la comunión de los cristianos de
aquella Tierra y de la amistad de tantos hermanos musulmanes y muchos otros. Ha sido
un signo para Oriente Medio y para el mundo entero: un signo de esperanza. Continuemos
este Via Crucis en la vida de cada día. Caminemos juntos por la vía de la Cruz, caminemos
llevando en el corazón esta palabra de amor y de perdón. Caminemos esperando la resurrección
de Jesús.