(RV).- (audio) Después de la misa en
Casal del Marmo, el Papa Francisco se trasladó al gimnasio del Instituto para encontrase
con los jóvenes reclusos y el personal que los atiende. El ministro italiano de Justicia
Paola Severino, en su discurso, dijo que cuando el Papa, durante el rito del lavatorio
de los pies, besó los pies de cada joven y los miró, vio tanto amor en sus ojos.
El
Papa dio las gracias al ministro por sus palabras, a las autoridades por la acogida
que le dispensaron y agradeció especialmente a los muchachos y muchachas del Instituto
"Estoy
muy contento de estar con ustedes. Adelante ¿eh? No se dejen robar la esperanza: no
se la dejen robar la esperanza. ¿Entendido? Siempre con la esperanza hacia delante.
Gracias".
A continuación, se ha producido un muchacho:
"Gracias Padre,
por haber venido hoy. Pero quiero saber una cosa: ¿por qué has venido hoy aquí en
Casal del Marmo?".
Y el Papa respondió:
"Es un sentimiento que viene
del corazón. Me pregunté a mí mismo: "¿Dónde están los que tal vez me ayuden a ser
más humilde, a ser un servidor, cómo debe ser un obispo? '. Y lo he preguntado: "¿Dónde
están aquellos a quienes les gustaría una visita? '. Y me dijeron: 'quizá en Casal
del Marmo. Y por eso he venido aquí. Pero llegué por el corazón, sobre todo. Las cosas
del corazón no tienen una explicación, son así vienen solas. Muchas gracias".
Ahora
me voy. ¡Gracias! Oren por mí y no dejen que les roben la esperanza. ¡Siempre adelante!
Muchas gracias. "
Los chicos del penitenciario romano entregaron al Papa un
crucifijo de madera y un reclinatorio, de madera, realizados por ellos mismos en el
taller artesanal de Casal del Marmo. Por su parte el Papa Francisco les donó a todos
los jóvenes los huevos de Pascua y los dulces típicos de este tiempo pascual. (ER
- RV)